Miedo a no hacer nada: Cuando las vacaciones se convierten en un castigo

Ociofobia: Cuando las vacaciones se convierten en un castigo

Ociofobia: Cuando las vacaciones se convierten en un castigo 1500 1000 BELÉN PICADO

¿Cómo suelen ser tus vacaciones? ¿Te permites desconectar y descansar? ¿O más bien necesitas tener un programa de actividades preciso y organizado que no deje nada al azar? ¿Eres capaz de quedarte sentado y sin hacer nada durante diez minutos? ¿O aguantas, como mucho, un minuto antes de levantarte y correr en busca de algo ‘productivo’ que hacer (o del móvil)? En pocas palabras, ¿te ha alcanzado la ociofobia?

Aunque muchos esperamos impacientes las vacaciones para permitirnos disfrutar del dolce far niente, a la hora de la verdad no es tan fácil como parece. Cuando llega el momento de desconectar, resulta que nos agobiamos si tenemos dos horas sin un plan, sin una actividad o sin un compromiso social. Algunos lo llaman ociofobia o, lo que es lo mismo, miedo irracional a tener tiempo libre. Otros, simplemente, a lo que tienen verdadera fobia es a la idea de «perder el tiempo».

Sin embargo, lejos de ser una pérdida de tiempo, «parar motores» de vez en cuando es una necesidad. Da igual si nos quedamos un rato mirando por la ventana, si damos un paseo solos y sin un destino prefijado o, simplemente, nos tendemos en la cama a mirar el techo. En cualquiera de estos casos, nuestro cerebro nos lo agradecerá (mucho). A veces, lo que muchos consideran perder el tiempo no solo no es negativo, sino que es necesario para mantener nuestro equilibrio físico y mental.

Por supuesto, esto no significa que tengamos que pasarnos todo el verano en posición horizontal y sin mover una pestaña, pero sí encontrar un equilibrio entre momentos de actividad y de desconexión.

Imagen de wayhomestudio en Freepik

Miedo a no hacer nada

En la era de las prisas y de la productividad, el miedo a no tener algo que hacer, a no estar ocupado con alguna actividad en la que enfocar toda la atención puede llegar a suponer una fuente de estrés.

Hay personas, sobre todo las que tienen rasgos más perfeccionistas, a quienes ocupar su tiempo permanentemente sin dejar un minuto libre les hace sentir más válidas. Además, el estar siempre ocupadas y haciendo algo ‘importante’ les aporta la sensación de estar cumpliendo con las expectativas que los demás y que ellas mismas tienen sobre su eficiencia y su valía.

En otros muchos casos, esa necesidad constante de llenar el tiempo es un modo de evitar quedarse a solas con los propios pensamientos. Sin embargo, recurrir a la evitación no hará que esas emociones y esos pensamientos desaparezcan. Antes o después, acabarán saliendo a flote y, a menudo, lo harán de modo descontrolado. Por ejemplo, en forma de ansiedad.

Soledad, culpa y ansiedad

Esta aversión a la inactividad puede manifestarse de múltiples formas:

  • Sentimiento de culpa ante un tiempo libre que no creemos merecido o que nos vemos en la obligación de ocupar con múltiples y variadas actividades productivas para no sentirnos vagos y ‘flojos’.
  • Sensación de nerviosismo o incapacidad para descansar y relajarse, a menudo favorecida por una tendencia a la hiperexigencia y el perfeccionismo.
  • Ansiedad. Quizás este sea el síntoma más visible y no solo mientras la persona está en pleno momento de ocio. Los síntomas ansiosos también pueden aparecer días, e incluso semanas antes, cuando empieza ya a anticipar y a preocuparse por lo mal que lo va a pasar sin nada que hacer.
    (Si te interesa, puedes leer en este mismo blog el artículo ¿Ansiedad en vacaciones? Cómo evitar que la angustia nos amargue el verano)
  • FOMO (Miedo a perderse algo). En un mundo hiperconectado, resulta muy complicado dedicarse a no hacer nada sin sentirse culpable o sin experimentar esa desagradable sensación de estar perdiéndonos algo importante.
  • Sentimiento de soledad y de vacío ante la falta de planes o de actividades con que llenar las horas libres. Tener el tiempo ocupado se convierte en una prioridad para no sentir el temible vacío que aparece cuando no tenemos a la vista alguna tarea que realizar.

Office in Small City, Edward Hopper

Por qué tenemos tanta aversión a estar ociosos

Hay varios factores que influyen en el miedo a no hacer nada, entre ellos:

  • Si me detengo y dejo de hacer, me daré cuenta de lo que estoy sintiendo y me tocará escuchar a mis pensamientos. Y no todos estamos preparados para conectar con nosotros mismos sin distracciones o elementos que nos permitan evadirnos. A veces el vacío interior que percibimos es demasiado profundo para atrevernos a explorarlo.
  • Sobrevaloración de la eficacia y la productividad. En la sociedad actual se da una excesiva importancia a ser el más productivo y eficiente en todo aquello que se hace, a la vez que se pone el foco en el logro más que en el proceso.
  • Creencias inculcadas en la infancia, según las cuales aburrirse es algo malo y la inactividad una señal de pereza y vaguería. A menudo no nos damos cuenta, por ejemplo, de que matriculando a nuestros hijos en todos los cursos que a nosotros nos parecen importantes y apuntándoles a un sinfín de actividades extraescolares, lejos de prepararlos para la sociedad, lo que estamos haciendo es comprar todos los boletos para que desarrolle un trastorno de ansiedad, como mínimo.

La importancia de tomarse una pausa

Algunos ejemplos de lo beneficioso que es practicar el arte de no hacer nada, los tenemos en personajes de sobra conocidos. Isaac Newton, por ejemplo, descubrió la ley de la gravedad cuando vio caer una manzana mientras se encontraba descansando bajo un árbol. El filósofo Friedrich Nietzsche acostumbraba a caminar varias horas todos los días porque consideraba que era en esos paseos entre árboles cuando mejores ideas tenía y más fácil le resultaba ordenarlas. Charles Darwin, por su parte, tenía su «camino para pensar», que recorría siempre que necesitaba reflexionar con calma.

Y es que, cuando nos dedicamos a no hacer nada, en realidad estamos haciendo mucho:

  • Recargamos pilas. La inactividad es un recurso esencial para que nuestro cerebro se tome un descanso y recupere la energía perdida. Esta ‘recarga de combustible’ es mucho más fácil y efectiva cuando, además de parar, cambiamos de escenario. Por ejemplo, saliendo a dar un paseo por un parque, sentándonos en la playa simplemente a mirar el horizonte… Ser una persona activa no es incompatible con descansar cuando lo necesitemos. Todos y todas necesitamos descansar para reponer fuerzas, físicas y mentales.
  • Liberamos nuestra creatividad. Cuando dejamos de hacer y nos quedamos a solas con nosotros mismos, en silencio y sin tener un nuevo objetivo en el que enfocar nuestra atención, estimulamos el ingenio y la llegada de nuevas ideas. También es más fácil encontrar soluciones a problemas que nos abruman y en las que ni siquiera habíamos reparado. Según explica Sandi Mann en su libro El arte de saber aburrirse, «el acto de soñar despierto puede proporcionar a las personas la oportunidad de volver a examinar un problema o situación que les preocupa tantas veces como lo deseen, de diversas maneras e incorporando cada vez nueva información y posibles soluciones. se pueden explorar ideas aparentemente ilógicas de una manera que no es factible en la práctica y a través de esta exploración pueden encontrarse soluciones nuevas o más adecuadas a los problemas o situaciones no resueltos».
  • Ayuda a trazar un plan para el futuro. Cuando nos permitimos soñar despiertos y dejamos a nuestra mente divagar es más fácil anticiparnos, planear nuestros próximos pasos y empezar a trazar el camino hacia lo que queremos en nuestra vida.
  • Favorecemos la introspección. De vez en cuando es necesario parar y conectar con uno mismo. No hace falta hacer nada, excepto quedarnos quietos y, por ejemplo, fijarnos únicamente en cómo entra y sale el aire de nuestros pulmones. Este estado nos facilitará, por un lado, ser conscientes de nuestras emociones y nuestras sensaciones; y, por otro, reflexionar sobre dónde estamos y qué necesitamos. Básicamente, es una oportunidad de lujo para conocernos mejor.
  • Ayudamos a nuestro cerebro. Según el científico y escritor Andrew J. Smart, durante los periodos de inactividad nuestro cerebro está muy activo, aunque de una forma diferente. Al igual que un avión tiene un piloto automático, nosotros entramos en un estado similar cuando descansamos y renunciamos al control manual: «El piloto automático tiene claro adónde quieres ir y qué quieres hacer y la única forma de averiguar lo que sabe es dejar de pilotar manualmente el avión y permitir que tu piloto automático te guíe».

Nuestro cerebro y nuestro cuerpo necesitan descansar y resetearse

Así puedes entrenar el arte de no hacer nada

Nuestro cerebro y nuestro cuerpo necesitan descansar y resetearse y algunos de nosotros necesitamos aprender a tolerar la incomodidad que eso supone. Saber no hacer nada es un arte y una forma fantástica de autocuidado.

  • Obsérvate. Si te sientes mal cada vez que decides darte un descanso, en vez de evitar la emoción o la sensación que aparece, acéptala y préstale un poco de atención. ¿Te resulta familiar? ¿Cuánto la has sentido antes? Identificar de dónde viene te ayudará a entender mejor qué está ocurriendo y te facilitará el establecer pautas para manejar ese malestar.
  • Paso a paso. En el caso de que parar por completo te resulte demasiado complicado, o incluso te genere ansiedad solo pensar en no hacer nada, ve poco a poco. Reduce el ritmo y descárgate de tus actividades de forma escalonada. Es mejor reducir la velocidad gradualmente que pisar el freno de repente. De todos modos, si aparece el malestar no te rindas. Como el ejercicio, es cuestión de práctica.
  • Entrena. Empieza con ratitos cortos. 5 minutos poniendo la atención únicamente en tu respiración, 10 minutos mirando de manera consciente un paisaje u observando una pared o el techo… y a medida que te sientas cómodo amplía el tiempo. También puedes aprovechar las oportunidades que te ofrece el día a día. Por ejemplo, alarga el tiempo de desayuno. O, mientras esperas en la fila para pagar en la caja del supermercado, dedícate a observar el entorno en vez de sacar el móvil.
  • Ni útil, ni productivo. Además de lo anterior, puedes ir intercalando actividades que te gusten y que no sean útiles ni productivas. Sal a pasear sin rumbo, siéntate en una terraza y tómate un café…
  • Siempre en tu agenda. Sigue practicando el arte de no hacer nada también cuando se terminen las vacaciones. Incluye tiempos de descanso e inactividad en tus jornadas y verás cómo mejora tu eficacia y tu productividad. Dedica al menos una hora al día al a no hacer nada.
  • No tengas miedo a aburrirte. Está demostrado que este estado estimula la creatividad. Cuando tú crees que no haces nada, tu cerebro está procesando información que te permitirá ser creativo y encontrar soluciones a situaciones complicadas. Aprovecha también el aburrimiento como una ocasión para la auto-observación y para reencontrarte contigo. La cantante Miley Cyrus contaba en una entrevista que durante mucho tiempo odió estar aburrida: «Sentía que eso significaba que no estaba haciendo suficiente o que estaba siendo perezosa. Pero ahora me he dado cuenta de que cuando estamos aburridos suele ser cuando nuestra imaginación se libera. Así que no me preocupo tanto de llenar mi tiempo con cosas sin sentido».
  • Entra en contacto con la naturaleza. Un parque, un bosque, una poza, la montaña… Cualquier lugar es válido para reconciliarnos con la naturaleza y dedicarnos, simplemente, a estar para nosotros. Basta con que te tiendas sobre una toalla o sobre el suelo y dejes que tus sentidos se abran al entorno: observa las nubes, escucha el canto de los pájaros, siente la brisa en tu piel, aspira los olores que llegan a tu nariz…
  • Apúntate al niksen. Aprovecha el verano para empezar a practicar el niksen, término holandés que significa, literalmente, «no hacer nada» y que viene a ser lo mismo que el dolce far niente italiano. Aunque el idioma cambia, el concepto es el mismo: poder permanecer en la inactividad sin que la culpa venga a buscarnos. Como explica Annette Lavrijsen, en su libro Niksen, el arte neerlandés de no hacer nada, se trata de desconectar como un modo de autocuidado. Dejamos de intentar optimizar nuestro tiempo a todas horas para dedicar un rato a simplemente ser, y no a hacer.

«Todos los males del hombre proceden de su incapacidad para sentarse en la silla de una habitación y no hacer nada» (Blaise Pascal)

Referencias bibliográficas

Lavrijsen, A. (2021). Niksen, el arte neerlandés de no hacer nada. Barcelona: Libros Cúpula

Mann, S. (2017). El arte de saber aburrirse. Barcelona: Plataforma editorial

Smart, A.J. (2015). El arte y la ciencia de no hacer nada. El piloto automático del cerebro. Madrid: Clave Intelectual

POLÍTICA DE PRIVACIDAD

De conformidad con lo dispuesto en el Reglamento General (UE) Sobre Protección de Datos, mediante la aceptación de la presente Política de Privacidad prestas tu consentimiento informado, expreso, libre e inequívoco para que los datos personales que proporciones a través de la página web https://www.belenpicadopsicologia.com (en adelante SITIO WEB) sean incluidos en un fichero de “USUARIOS WEB Y SUSCRIPTORES” así como “CLIENTES Y/O PROVEEDORES”

Belén Picado García como titular y gestora del sitio web que visitas, expone en este apartado la Política de Privacidad en el uso, y sobre la información de carácter personal que el usuario puede facilitar cuando visite o navegue por esta página web.

En el tratamiento de datos de carácter personal, Belén Picado Psicología garantiza el cumplimiento del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD). Por lo que informa a todos los usuarios, que los datos remitidos o suministrados a través de la presente serán debidamente tratados, garantizando los términos del RGPD. La responsable del tratamiento de los datos es Belén Picado García.

Belén Picado García se reserva el derecho de modificar la presente Política de Protección de Datos en cualquier momento, con el fin de adaptarla a novedades legislativas o cambios en sus actividades, siendo vigente la que en cada momento se encuentre publicada en esta web.

¿QUÉ SON LOS DATOS PERSONALES?

Una pequeña aproximación es importante, por ello, debes saber que sería cualquier información relativa a una persona que facilita cuando visita este sitio web, en este caso nombre, teléfono y email, y si adquiere algún producto necesitando factura, solicitaremos domicilio completo, nombre, apellidos y DNI o CIF.

Adicionalmente, cuando visitas nuestro sitio web, determinada información se almacena automáticamente por motivos técnicos como la dirección IP asignada por tu proveedor de acceso a Internet.

CALIDAD Y FINALIDAD

Al hacer clic en el botón “Enviar” (o equivalente) incorporado en nuestros formularios, el usuario declara que la información y los datos que en ellos ha facilitado son exactos y veraces. Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, el Usuario deberá comunicar, a la mayor brevedad posible, las modificaciones de sus datos de carácter personal que se vayan produciendo, así como las rectificaciones de datos erróneos en caso de que detecte alguno. El Usuario garantiza que los datos aportados son verdaderos, exactos, completos y actualizados, siendo responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. En función del formulario y/o correo electrónico al que accedas, o remitas, la información que nos facilites se utilizará para las finalidades descritas a continuación, por lo que aceptas expresamente y de forma libre e inequívoca su tratamiento con acuerdo a las siguientes finalidades:

  1. Las que particularmente se indiquen en cada una de las páginas donde aparezca el formulario de registro electrónico.
  2. Con carácter general, para atender tus solicitudes, consultas, comentarios, encargos o cualquier tipo de petición que sea realizada por el usuario a través de cualquiera de las formas de contacto que ponemos a disposición de nuestros usuarios, seguidores o lectores.
  3. Para informarte sobre consultas, peticiones, actividades, productos, novedades y/o servicios; vía e-mail, fax, Whatsapp, Skype, teléfono proporcionado, comunidades sociales (Redes Sociales), y de igual forma para enviarle comunicaciones comerciales a través de cualesquier otro medio electrónico o físico. Estas comunicaciones, siempre serán relacionadas con nuestros tema, servicios, novedades o promociones, así como aquellas que considerar de su interés y que puedan ofrecer colaboradores, empresas o partners con los que mantengamos acuerdos de promoción comercial. De ser así, garantizamos que estos terceros nunca tendrán acceso a sus datos personales. Siendo en todo caso estas comunicaciones realizadas por parte de este sitio web, y siempre sobre productos y servicios relacionados con nuestro sector.
  4. Elaborar perfiles de mercado con fines publicitarios o estadísticos.
  5. Esa misma información podrá ofrecérsele o remitírsele al hacerse seguidor de los perfiles de este sitio web en las redes sociales que se enlazan, por lo que al hacerte seguidor de cualquiera de los dos consientes expresamente el tratamiento de tus datos personales dentro del entorno de estas redes sociales, en cumplimiento de las presentes, así como de las condiciones particulares y políticas de privacidad de las mismas. Si desean dejar de recibir dicha información o que esos datos sean cancelados, puedes darte de baja como seguidor de nuestros perfiles en estas redes. Además, los seguidores en redes sociales podrán ejercer los derechos que la Ley les confiere, si bien, puesto que dichas plataformas pertenecen a terceros, las respuestas a los ejercicios de derechos por parte de este sitio web quedarán limitadas por las funcionalidades que permita la red social de que se trate, por lo que recomendamos que antes de seguir nuestros perfiles en redes sociales revises las condiciones de uso y políticas de privacidad de las mismas.

BAJA EN SUSCRIPCIÓN A NEWSLETTER Y ENVÍO DE COMUNICACIONES COMERCIALES

En relación a la baja en la suscripción de los emails enviados, le informamos que podrá en cualquier momento revocar el consentimiento prestado para el envío de comunicaciones comerciales, o para causar baja en nuestros servicios de suscripción, tan solo enviando un correo electrónico indicando su solicitud a: belen@belenpicadopsicologia.com indicando: BAJA SUSCRIPCIÓN.

DATOS DE TERCEROS

En el supuesto de que nos facilites datos de carácter personal de terceras personas, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 5.4. LOPD, declaras haber informado a dichas personas con carácter previo, del contenido de los datos facilitados, de la procedencia de los mismos, de la existencia y finalidad del fichero donde se contienen sus datos, de los destinatarios de dicha información, de la posibilidad de ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación u oposición, así como de los datos identificativos de este sitio web. En este sentido, es de su exclusiva responsabilidad informar de tal circunstancia a los terceros cuyos datos nos va a ceder, no asumiendo a este sitio web ninguna responsabilidad por el incumplimiento de este precepto por parte del usuario.

EJERCICIO DE DERECHOS

El titular de los datos podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose a la dirección de email: belen@belenpicadopsicologia.com. Dicha solicitud deberá contener los siguientes datos: nombre y apellidos, domicilio a efecto de notificaciones, fotocopia del DNI I o Pasaporte.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Este sitio web ha adoptado todas las medidas técnicas y de organización necesaria para garantizar la seguridad e integridad de los datos de carácter personal que trate, así como para evitar su pérdida, alteración y/o acceso por parte de terceros no autorizados. No obstante lo anterior, el usuario reconoce y acepta que las medidas de seguridad en Internet no son inexpugnables.

CAMBIOS Y ACTUALIZACIONES DE ESTA POLÍTICA DE PRIVACIDAD

Ocasionalmente esta política de privacidad puede ser actualizada. Si lo hacemos, actualizaremos la “fecha efectiva” presente al principio de esta página de política de privacidad. Si realizamos una actualización de esta política de privacidad que sea menos restrictiva en nuestro uso o que implique un tratamiento diferente de los datos previamente recolectados, te notificaremos previamente a la modificación y te pediremos de nuevo tu consentimiento en la página https://www.belenpicadopsicologia.com o contactando contigo utilizando la dirección de email que nos proporcionaste. Te animamos a que revises periódicamente esta política de privacidad con el fin de estar informado acerca del uso que damos a los datos recopilados. Si continúas utilizando esta página web entendemos que das tu consentimiento a esta política de privacidad y a cualquier actualización de la misma.

 

 
Nuestro sitio web utiliza cookies, principalmente de servicios de terceros. Defina sus preferencias de privacidad y / o acepte nuestro uso de cookies.