Desde que la COVID-19 apareció en nuestras vidas hay muchas cosas que han cambiado, entre ellas el modo de relacionarnos. Las videoconferencias se han convertido en una forma de interrelación habitual y normalizada. Y no solo para hablar con nuestros familiares y amigos o para trabajar. También ha aumentado el número de personas que han optado por la terapia psicológica online. Sin embargo, esta modalidad de psicoterapia todavía genera algunas dudas. Mi propósito con este post es despejarlas y tratar de responder a las preguntas más frecuentes. Ya que la tecnología nos ofrece esta opción, ¿por qué no aprovecharla?
¿Qué es la terapia psicológica online?
Según recoge la Guía para la práctica de la Telepsicología, editada por el Consejo General de la Psicología de España, se denomina terapia online o tele-psicología a «la prestación de servicios psicológicos empleando tecnologías de la información y de la telecomunicación, mediante el procesamiento de la información por medios eléctricos, electromagnéticos, electromecánicos, electro-ópticos o electrónicos. Dentro de estos medios podemos incluir los dispositivos móviles, los ordenadores personales, los teléfonos, las videoconferencias, el correo electrónico, webs de autoayuda, blogs, redes sociales, etc.».
Actualmente, lo más común es realizar la sesión a través de videoconferencia, mientras que el resto de medios como el whatsapp, el teléfono o el correo electrónico se utilizan más como complemento a la terapia.
¿A quién va dirigida?
Cualquier persona puede beneficiarse de esta modalidad de terapia. Saber que, en caso de que lo necesitemos, un profesional puede atendernos en cualquier momento y sin tener desplazarnos es un factor de tranquilidad. Las personas que mayores ventajas pueden encontrar son quienes tienen un horario complicado, viajan o tienen que trasladarse constantemente, personas con movilidad reducida o con trastornos psicológicos que les dificulte salir o relacionarse (fobia social, agorafobia…). Asimismo, es muy útil para aquellos en cuyo lugar de residencia no hay centros de psicología o hay poca disposición de transporte y también en el caso de los que viven en un país con un idioma diferente y prefieren recurrir a un servicio de psicología en su idioma.
¿Qué se puede tratar?
Básicamente es posible tratar las mismas problemáticas que con la terapia presencial. Puedes recibir ayuda online, tanto si atraviesas una crisis vital o quieres iniciar un proceso de crecimiento personal como si tienes síntomas depresivos, problemas de ansiedad o estrés o dificultades de relación (pareja, familia, habilidades sociales). Asimismo, se tratan disfunciones sexuales, procesos de duelo, mejora de autoestima, gestión emocional, adicciones, problemas de pareja, fobias y un largo etcétera.
No obstante, existen ciertas situaciones en las que no es aconsejable recurrir a este tipo de terapia, bien porque los resultados no van a ser los mejores o bien por la seguridad del propio paciente. Estoy hablando, por ejemplo, de crisis agudas o emergencias psiquiátricas (crisis psicóticas) o de personas bajo tratamiento médico psiquiátrico o que tengan mermadas sus facultades mentales. Tampoco es recomendable en caso de que no haya un desempeño lingüístico suficiente (consumo excesivo de alcohol o drogas).
Del mismo modo, la Guía de la Telepsicología que he mencionado antes establece que “los profesionales también deberían tener en cuenta factores como: la capacidad cognitiva del paciente, su historial referente a la cooperación con los profesionales, dificultades pasadas y actuales de abuso de sustancias e historial de violencia o comportamientos auto-lesivos”.
Otra opción a tener en cuenta es combinar la terapia psicológica online con las sesiones presenciales.
¿Cómo son las sesiones online?
Las sesiones son, prácticamente, como las presenciales y los pasos a seguir son los mismos. Por lo general, la persona contacta con el psicólogo, solicita una cita y asiste a la sesión. Justo una de las ventajas de la terapia psicológica online es que se puede realizar en cualquier momento y lugar. Solo hace falta un ordenador o un dispositivo móvil y una buena conexión a internet. Respecto a las plataformas, las más utilizadas son Skype, Zoom, Hangouts, etc.
El entorno también es importante. Lo más adecuado es disponer de un lugar tranquilo y con cierta intimidad donde poder hablar sin interrupciones ni distracciones.
Generalmente, las sesiones online suelen durar lo mismo que una presencial. Personalmente, siempre aconsejo a la persona que solicita la sesión que se reserve hora y media. Por un lado, conviene tomarse unos minutos antes de iniciar la sesión para dejar aquello que se está haciendo y comprobar la conexión sin prisas. Por otra parte, a veces la sesión se alarga y si ya lo tenemos previsto, nadie nos molestará ni nosotros nos agobiaremos.
¿Qué psicólogo elijo?
En la terapia psicológica online hay que prestar atención a los mismos criterios que en el caso de terapia presencial. En primer lugar, asegúrate de que se trata de un profesional con la formación necesaria y también comprueba que está colegiado. Tampoco olvides preguntar por la frecuencia de las sesiones, la forma de pago… Encontrarás las claves para escoger un profesional que se adapta a tus necesidades en otro artículo de este blog: Quiero iniciar un proceso de terapia, ¿Qué psicólogo elijo?.
Pero, ¿funciona realmente?
Hasta el momento puede decirse que hay suficiente evidencia científica que justifica la incorporación del internet como herramienta clínica. Un estudio realizado por psicólogos australianos, Las mejores prácticas de la terapia online, confirma su eficacia, sin apreciar grandes diferencias con la terapia presencial, sobre todo en casos de ansiedad y estrés. A esta conclusión llegaron los autores de un estudio de la Universidad de Zurich, aunque en este caso se revisaron casos de depresión. La Asociación Americana de Psiquiatría coincide en afirmar que ambas modalidades obtienen resultados clínicos equivalentes.
Tampoco hay diferencias en lo que se refiere al vínculo terapéutico, motivo por el que algunos profesionales se han resistido a utilizar este medio. Así, lo refleja la investigación Telepsicología y videoconferencia: problemas, oportunidades y una guía para los psicólogos, también realizada en Australia.
Ahora bien, para que funcione, el grado de compromiso de terapeuta y paciente debe ser el mismo que se tendría con una terapia presencial.
Espero haberte servido de ayuda. Pero si te quedas con alguna duda o estás planteándote iniciar una terapia online, te invito a ponerte en contacto conmigo. Será un placer conocerte y acompañarte en tu proceso.