Elisabeth Kübler-Ross

Duelo anticipado. Prepararse para la muerte de un ser querido

Duelo anticipado: Prepararse para la muerte de un ser querido (I)

Duelo anticipado: Prepararse para la muerte de un ser querido (I) 1920 1272 BELÉN PICADO

Por mucho que a veces vivamos como si la muerte no fuera con nosotros, antes o después toca a nuestra puerta… o a la de un ser querido. Unas veces, llega de manera súbita, pillándonos por sorpresa y sin darnos tiempo a despedirnos. Otras, lo hace con preaviso. En enfermedades graves, por ejemplo, ese preaviso llega en el momento del diagnóstico. A partir de ese instante comienza un duelo anticipado, también denominado duelo anticipatorio, cuya función es prepararnos para la pérdida.

Si bien las emociones que vamos a experimentar en un duelo anticipado pueden ser tan intensas como las que se vivirían ante una muerte inesperada, conocer el desenlace antes de que suceda nos da la oportunidad de prepararnos mejor. Nos permite tomar conciencia de lo que está sucediendo, gestionar y compartir nuestros sentimientos, solucionar asuntos pendientes, elegir cómo queremos decir adiós y también ir procesando el cambio que va a suponer vivir sin nuestro ser querido.

Elizabeth Kübler Ross, autora de numerosos libros sobre la muerte y el acompañamiento al final de la vida, habla sobre el duelo anticipado en el último libro que, junto a David Kessler, escribió antes de morir: «Experimentamos el duelo anticipatorio más profundo cuando una persona a la que queremos (o nosotros mismos) padece una enfermedad terminal. En nuestra mente, el duelo anticipatorio es «el principio del fin». Ahora operamos en dos mundos, el mundo seguro al que estamos habituados y el mundo inseguro en el que un ser querido puede morir. Sentimos esa tristeza y la necesidad inconsciente de preparar nuestra psique».

Como creo que el tema lo merece, le dedicaré dos artículos. En esta ocasión, veremos, entre otras cosas, qué ocurre durante el duelo anticipado, cómo nos puede ayudar a prepararnos para decir adiós y también qué factores pueden complicar el proceso. Y en el siguiente, os daré pautas para ayudaros, en la medida de lo posible, a transitar este difícil camino. (Al final de este artículo, tenéis el enlace a la segunda parte)

¿Qué ocurre durante el duelo anticipado?

Muchas de las reacciones que experimentamos cuando conocemos con antelación que un ser querido va a morir son similares a las que se producen cuando la pérdida ya ha ocurrido.

  • Pensamientos recurrentes. Es posible que aparezcan pensamientos recurrentes sobre cómo será la muerte, cómo se abordará el momento y qué pasará tras el fallecimiento. O, por el contrario, puede que la persona intente por todos los medios evitar pensar en ello.
  • De la ansiedad al enfado o la culpa. Emocionalmente, lo primero que suele aparecer es ansiedad para luego dejar paso a la tristeza, la sensación de soledad, el enfado o la culpa por desear en ocasiones que la persona deje de sufrir y muera lo antes posible. Sentimientos todos ellos que pueden ir entrelazándose y alternándose a lo largo del proceso.
  • Ambivalencia de sentimientos. Es normal que haya momentos en los que deseemos que llegue el final para aliviar el sufrimiento y, a la vez, este mismo final nos produzca miedo y angustia. O que nos sintamos molestos por las demandas emocionales y físicas que implica el cuidado de la persona enferma y a la vez culpables por tener esos sentimientos. En un periodo así, los sentimientos confusos y conflictivos son naturales.
  • Dificultades en el día a día. Igualmente, es habitual tener crisis inesperadas de llanto y una mayor dificultad para concentrarse o a la hora de tomar decisiones porque toda la atención está puesta en el proceso de duelo. Esto puede afectar en el ámbito laboral y también en las relaciones interpersonales (tendencia a aislarse).
  • Síntomas físicos. Puede que haya un mayor cansancio, dificultad para dormir, pesadillas, problemas digestivos, alteraciones del apetito, dolor de cabeza, presión en el pecho, palpitaciones, debilidad muscular, hipersensibilidad al ruido, etc.
En el duelo anticipado, la tristeza puede convivir con el enfado y la culpa.

Foto de Anthony Tran en Unsplash

Cómo nos ayuda el duelo anticipado

Mas allá del dolor y de la angustia, anticipar la pérdida de un ser querido y tener la oportunidad de compartir con él su última etapa también puede tener aspectos positivos:

  • Entender la muerte como un proceso natural. Para Therese Rando, el duelo anticipado es un proceso psicológico y emocional que permite comprender la pérdida como un proceso natural frente al que podemos desplegar nuestros mecanismos de afrontamiento con objeto de que sea menos doloroso.
  • Resolver asuntos pendientes. Tenemos la oportunidad de afrontar conflictos pasados y poder dar cierre a asuntos inacabados
  • Poder despedirse. Disponemos de un tiempo precioso para compartir con nuestro ser querido y planificar juntos cómo queremos que sea la despedida.
  • Aceptar la realidad de forma progresiva. Una vez que asumamos la inevitabilidad de la pérdida podremos integrar nuevas vivencias con nuestro ser querido que en el futuro se convertirán en recuerdos imborrables.
  • Se abre un espacio para valorar el aquí y ahora. Centrarnos en vivir el presente, apreciar aquellas cosas que tenemos actualmente y descubrir nuevas formas de afrontar la nueva normalidad.
  • Facilita la elaboración del duelo tras la pérdida. Para algunas personas, prepararse emocionalmente antes de la muerte de su ser querido les ha ayudado a aceptarla de forma gradual, reduciendo su impacto a largo plazo y permitiendo una mejor elaboración del duelo después del fallecimiento.
  • Permite reflexionar sobre el sentido de la vida, no solo de la persona que va a morir sino también sobre la nuestra propia, y diferenciar lo que es esencial en la vida de lo meramente accesorio.
  • Genera paz. Un diálogo con el enfermo al final de la vida, basado en la honestidad y la autenticidad, produce miedo, pero también genera libertad. Da paz al superviviente y serenidad a quien escribe el último capítulo de su vida.

Factores que pueden dificultar el proceso

Aunque hacer parte del camino del duelo antes de la pérdida puede ayudar, también es cierto que no todo el mundo va a transitarlo de igual manera. A veces, aparecen ciertos obstáculos que podrían complicar el proceso:

  • Presenciar el sufrimiento del enfermo. En una enfermedad larga, al duelo hay que sumar situaciones que pueden suponer un trauma añadido, como el hecho de que haya mucho deterioro psicológico o físico o la posibilidad de agonía.
  • Aislarse. Cuando uno centra toda la vida en quien va a fallecer y renuncia al resto de relaciones, no solo se agotará, sino que su estado de ánimo también se verá afectado negativamente.
  • Instalarse en la culpa. Aunque es normal que haya sensación de culpa en algún momento del proceso, este sentimiento puede llegar a ser muy dañino cuando ocupa gran parte de nuestro día y nos lleva a aislarnos o a eludir cualquier actividad o situación que nos haga sentir bien.
  • Esperanza ilusoria o falsas esperanzas. En un proceso de duelo anticipado aunque sabemos que antes o después nuestro ser querido fallecerá, no conocemos con certeza de cuánto tiempo disponemos. Y esto provoca que, a veces, uno se aferre a la esperanza ilusoria de que, quizá, la muerte no llegue a producirse. Y, aunque, estas falsas esperanzas podrían atenuar el dolor o el miedo, también es posible que, al producirse el fallecimiento, el duelo sea mucho más agudo.
  • Pensamientos rumiativos. Comerse la cabeza con pensamientos-bucle (¿Y si le hubiera insistido más para que se hiciera esas pruebas? ¿Y si hubiera ido al médico antes?…) no solo dificultará el duelo, sino que nos traerá más culpa y dolor y aumentará las probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad.
  • Codependencia. Otra de las circunstancias que va a complicar el proceso es que un cuidador cree dependencia de la persona a quien está cuidando. Esta situación va a manifestarse en indicadores como creerse indispensable, ser incapaz de delegar, no fiarse de otros cuidadores, no tolerar los límites propios y ajenos, depositar todo el sentido de la vida en el cuidado, etc.
  • Síndrome de Lázaro. Se produce cuando el duelo anticipado se prolonga mucho en el tiempo y el fallecimiento no se produce o el enfermo mejora repentina e inesperadamente después de estar a punto de morir. Estas situaciones pueden generar desajustes emocionales en la familia, ya que, han ido preparándose para la muerte en una fecha más o menos ‘esperada’. Y si esta no se produce, pueden ser incapaces de restablecer vínculos emocionales con el enfermo, además de experimentar frustración, angustia e, incluso, cierto resentimiento.
  • Conspiración del silencio. Tiene lugar cuando hay un acuerdo, implícito o explícito, por parte de los familiares para ocultar información al paciente sobre el diagnóstico, pronóstico y/o gravedad de la situación en que se encuentra. Este ‘pacto’ genera consecuencias tanto en quienes lo acuerdan como en el enfermo. En este porque se le está negando un derecho fundamental a tener información sobre su estado de salud, se favorecen conductas de sobreprotección, se le impide que pueda decidir cómo quiere afrontar su propia muerta y se le está privando de la opción de poder trasmitir su propia angustia. En el caso de los familiares, a la gran tensión que les genera el estar disimulando delante del paciente y controlando sus reacciones emocionales, se une el sentirse culpables por ocultarle verdad. Y estas situaciones, a su vez, pueden llevar a un duelo patológico.
La conspiración del silencio dificulta el duelo anticipado.

Foto de Kristina Flour en Unsplash

Mecanismos de defensa

Los seres humanos disponemos de ciertas estrategias inconscientes que nos ayudan a hacer frente a emociones, pensamientos y situaciones que nos generan angustia. Sin embargo, cuando se hacen rígidas y automáticos, nos hacen más mal que bien. Algunos mecanismos de defensa que pueden entrar en juego en el duelo anticipado para protegernos del dolor pero que, al final, acabarán dificultando el proceso.

  • Negación. Al principio ayuda a asimilar gradualmente lo inevitable. Pero si nos enrocamos en la negación acabaremos creando una narrativa diferente y muy alejada de la realidad que solo nos perjudicará. Por ejemplo, en lugar de poder ver a un padre anciano y frágil que empeora rápidamente, la mente se aferra al hecho de que sigue comiendo y tomando sus medicamentos. Y a la falsa esperanza de que, si se ha recuperado de contratiempos en el pasado, volverá a hacerlo.
  • Represión. Nuestra mente consciente traslada rápidamente al inconsciente lo que no queremos ver. Así no tenemos que lidiar con la disonancia cognitiva de ver la horrible realidad y necesitar que la realidad sea muy diferente.
  • Proyección. Aparece cuando atribuimos inconscientemente a otra persona nuestros propios pensamientos reprimidos. En lugar de asumir nuestra impotencia a medida que el cuerpo de nuestro ser querido se vuelve más frágil, acusaremos a los médicos de no hacer lo suficiente por nuestro ser querido o a las enfermeras de incompetentes y de no saber hacer su trabajo.
  • Desplazamiento. Este mecanismo de defensa permite redirigir pensamientos, emociones o impulsos demasiado incómodos, dolorosos o difíciles de afrontar desde su fuente de origen hacia un objetivo menos amenazante. Cuando no puedo admitir ni manejar el enfado que siento hacia la persona que va a morir, puedo acabar desplazando esa emoción sobre otros familiares o sobre el personal sanitario que la atiende.

Enfermedad de Alzheimer y otras demencias

En enfermedades como el alzhéimer u otras demencias, es posible que el duelo anticipado se complique. Entre otros motivos, porque es un proceso lento y progresivo que puede prolongarse durante muchos años. Además, los familiares tendrán que hacer frente no a una sino a varias pérdidas, incluida la pérdida de conexión emocional con su ser querido. A medida que la enfermedad avance, la persona afectada irá perdiendo recuerdos, habilidades cognitivas y de comunicación. Y, en última instancia, la capacidad de reconocer a sus seres queridos y su propia identidad.

Por otra parte, los cuidados y dedicación a largo plazo generan una mayor carga física y emocional e, incluso, dependencia entre cuidador y enfermo. En estos casos, las probabilidades de desarrollar un trastorno de ansiedad o síntomas depresivos aumentan.

En este ámbito, los grupos de apoyo, tanto para los cuidadores como para las personas que acaban de recibir el diagnóstico de Alzheimer, pueden proporcionar un espacio donde compartir experiencias, estrategias de afrontamiento y consejos prácticos. La terapia individual y familiar también puede ser valiosa para abordar las complejidades emocionales asociadas con la enfermedad.

En lla enfermedad de Alzheimer el duelo anticipado puede prolongarse durante años.

Imagen de rawpixel.com en Freepik

Duelo anticipado por desaparición

En este artículo os he hablado del duelo anticipado en el supuesto de enfermedades con mal pronóstico, en las que las familias van presenciando el deterioro del enfermo. Pero este tipo de duelo también tiene lugar en casos de desaparición, en circunstancias extrañas o violentas, de un ser querido. O cuando se han producido algún accidente o catástrofe de gran envergadura en los que se tarda en conocer el número total de víctimas (desastres aéreos, naufragios, terremotos…)

En estos casos en los que no se sabe si la persona sigue viva o no y aunque no se haya perdido la esperanza, sus seres queridos van a anticipar de algún modo la muerte y empezarán a prepararse para esa posibilidad. De este modo, tendrán algo más de tiempo para hacerse a la idea que si la muerte se produce de forma abrupta o repentina.

También hablamos de duelos anticipados ante la proximidad de otros tipos de pérdidas: relaciones sentimentales, trabajos, ciertas situaciones vitales, etc.

(Si lo deseas, puedes ponerte en contacto conmigo y te acompañaré en tu proceso)

(Te doy algunas pautas para transitar mejor el duelo anticipado en la segunda parte de este artículo. Puedes acceder desde aquí)

Referencias

Cuesta Pastor, M. (2021). Abordaje familiar en los Cuidados Paliativos. Revista Digital de Medicina Psicosomática y Psicoterapia, 11(2), 1.

O’Connor, N. (1984). Déjalos ir con amor: la aceptación del duelo. México: Trillas

Prieto, V. (2018). La pérdida de un ser querido. Madrid: La Esfera de los Libros

Rando, T. A. (1986). A comprehensive analysis of anticipatory grief: perspectives, processes, promises and problems. En T.A. Rando (ed.). Loss and anticipatory grief. (pp. 1-36). NY, Lexington: Lexington Books

Kübler-Ross, E. y Kessler, D. (2005). Sobre el duelo y el dolor. Barcelona: Luciérnaga

Rimponché, S. (2006). El libro tibetano de la vida y de la muerte. Barcelona: Urano

Afrontar la discapacidad de un hijo conlleva un duelo duro, pero necesario

Afrontar el nacimiento de un hijo con discapacidad: Un duelo necesario

Afrontar el nacimiento de un hijo con discapacidad: Un duelo necesario 1920 1280 BELÉN PICADO

Miedo, incertidumbre, culpa e, incluso, enfado son emociones habituales cuando los padres reciben el diagnóstico de discapacidad de un hijo. Se trata de una de las peores situaciones por las que pueden pasar unos padres y genera emociones dolorosas e intensas que ponen a prueba su fortaleza, como individuos y como pareja. Para asumir la nueva realidad y encontrar una nueva ilusión sobre el terreno baldío que han dejado las expectativas incumplidas es necesario pasar por un duelo, que llevará desde la negación de la situación a la aceptación. Afrontar la discapacidad de un hijo y el correspondiente duelo es un proceso duro, pero necesario.

Desde el momento en que surge la idea de tener un hijo, es normal imaginarse cómo será, a quién se parecerá, qué actividades se harán con él… y cuando preguntan a los futuros padres si prefieren niño o niña, la respuesta suele ser: “Da igual, lo importante es que venga sano”. Sin embargo, a veces las expectativas no se cumplen. Y hay que asumir la ‘muerte’ de ese bebé deseado y fantaseado para recibir al niño real. Un niño diferente, con unas necesidades específicas, pero también con otras comunes a todos los bebés del mundo: alimento, descanso, apoyo y, sobre todo, mucho amor.

El niño con discapacidad tiene limitaciones, pero también capacidades que hay que apoyar

Transitar el duelo: de la negación a la aceptación

Según la psiquiatra estadounidense Elisabeth Kübler-Ross, cuando muere un ser querido las personas atravesamos cinco etapas de duelo. Pero este modelo también puede aplicarse a otros tipos de pérdidas: una ruptura sentimental, la pérdida de un empleo, el diagnóstico de una enfermedad grave, etc. A la hora de afrontar la discapacidad de un hijo, los padres deben enfrentarse a la pérdida del bebé soñado para recibir y aceptar al bebé real. Este difícil camino no solo les ayudará a descubrirse a sí mismos, con sus debilidades y sus fortalezas; también les transformará a ellos y a su entorno más cercano.

  • Negación. Se trata de un mecanismo de defensa que surge tras el diagnóstico. Ayuda a amortiguar el sufrimiento ante una noticia tan dura y también a aplazar parte de ese dolor. En esta fase, es posible que los padres vayan de médico en médico con la esperanza de que alguno les diga que su hijo “se va a curar”.
  • Ira. Los sentimientos de ira y culpa se entremezclan en esta fase. La negación da paso a un sentimiento de enfado contra todo y contra todos, especialmente con quienes más cerca están (pareja, familia, amigos con hijos sanos) e, incluso, con el propio hijo con discapacidad. No es extraño que, en medio de la desesperación, se desee la muerte del bebé o se fantasee con el deseo de que no hubiera nacido. A estos deseos de muerte les sigue una fuerte sensación de culpa que puede llevar a la madre a no soportar separarse del niño o a sobreprotegerle en exceso.
  • Negociación. Los padres empiezan a asumir la nueva situación, aunque aún siguen buscando respuestas, esperando un “milagro” que no llega o anhelando volver al momento en que el niño todavía no había nacido. De algún modo intentan crear una realidad paralela en su imaginación que les proporciona cierta sensación de control.
  • Depresión. A medida que se va comprendiendo la nueva situación y va asumiéndose que el diagnóstico no va a cambiar, se adueña de los padres una profunda sensación de tristeza, vacío e incluso fatiga física. En esta etapa, la validación de esas emociones y la comprensión de las personas cercanas es esencial. Solo transitando y teniendo la posibilidad de manifestar ese dolor será posible llegar a la aceptación.
  • Aceptación. Por fin, se afronta la realidad y es posible traspasar el dolor para abrirse a nuevas posibilidades. Se comprende que el niño tiene limitaciones, pero también capacidades que pueden fomentarse. Esto no significa que sea un momento feliz, pero sí dará paso a una cierta sensación de paz.

Es importante puntualizar que no siempre aparecen todas las etapas, en el mismo orden o con la misma intensidad. También es normal que, una vez se ha llegado a la aceptación, en ciertos momentos de cambio se regrese a alguna de las fases anteriores. Sin embargo, la actitud será ya mucho más positiva que antes del diagnóstico.

Para afrontar la discapacidad de un hijo es necesario atravesar el camino del duelo, adaptarse a la nueva realidad familiar y recuperar la estabilidad emocional. En este trayecto y en el establecimiento del vínculo con el hijo con discapacidad jugará un papel importante la propia historia de apego de los padres y sus experiencias como hijos.

Los padres de un niño con discapacidad pasan por varias etapas de duelo hasta llegar a la aceptación

Cómo afrontar la discapacidad de un hijo

  • Centrarse más en el presente. Preguntarse una y otra vez qué ocurrirá a largo plazo o quién cuidará de nuestro hijo en el futuro solo aumentará la angustia. Poniendo la atención en pequeños pasos y marcándonos objetivos a corto plazo conseguiremos, por un lado, reducir la frustración y la incertidumbre y, por otro, empezar a construir el futuro de nuestro hijo.
  • Contactar con asociaciones o personas que estén en la misma situación. Además de compartir experiencias, esto ayudará a adoptar una nueva perspectiva y comprobar que tener un hijo con una discapacidad no tiene por qué ser una tragedia.
  • Informarse sobre la condición específica de nuestro hijo (características, tratamientos, evolución, recursos sanitarios…) disminuirá la incertidumbre y aumentará la sensación de control.
  • Centrarse en las rutinas diarias comunes a los demás bebés también contribuirá a afrontar la discapacidad de un hijo. Alimentarlo, dormirlo, salir a pasear… ayudará a suavizar la ansiedad y a normalizar la situación. Igualmente beneficioso es recuperar cuanto antes, y en la medida de lo posible, la rutina familiar (atender a los otros hijos, volver al trabajo…) a la vez que se incorporan nuevas actividades (visitas a los especialistas, rehabilitación…).
  • Reconocer al niño más allá de sus limitaciones y poner el foco en lo que puede hacer, por poco que sea: una sonrisa, un pequeño avance… Acceder a recursos de Atención Temprana, por ejemplo, ayudará a potenciar al máximo dichas capacidades.
  • Practicar el autocuidado. Para hacer felices a los demás, tenemos que ser felices nosotros. Es muy importante buscar espacios para uno mismo que permitan cargar las pilas y renovar energías. Y eso conlleva muchas veces aprender a delegar. Cuidar de un hijo con discapacidad es una carrera de fondo, así que es necesario dosificar las energías.
  • Cuidar la pareja y la unidad familiar. Cuando hay un miembro en la familia con una discapacidad hay cierta tendencia a que todo gire en torno a él y esto no es saludable a largo plazo. Es importante intentar cuidar las relaciones tanto en la pareja como con los demás miembros de la familia, amigos, etc. En el caso de que haya otros hijos, es importante hablar con ellos y explicarles la situación. Por pequeños que sean, la dinámica familiar cambia necesariamente y ellos lo notan.
  • Buscar ayuda psicológica para hacer frente a las nuevas condiciones a las que tendrán que enfrentarse, no solo los padres sino todo el núcleo familiar.

Es importante reconocer al hijo con discapacidad más allá de sus limitaciones y poner el foco en lo que puede hacer.

“Bienvenidos a Holanda”, carta de la madre de un niño con síndrome de Down

Emily Perl Kingsley, madre de un niño con síndrome de Down, explica muy bien el impacto que supone tener un hijo discapacitado en esta carta:

«Me piden con frecuencia que describa la experiencia de criar a un niño con una incapacidad para tratar de ayudar a personas que no han compartido esta experiencia única a entender y a imaginar cómo se siente. Es así…

Cuando vas a tener un bebé es como si planificaras un viaje de vacaciones fabuloso a Italia. Uno compra un gran número de guías turísticas y hace planes maravillosos. El Coliseo, el David de Miguel Ángel, las góndolas en Venecia. Aprendes frases útiles en italiano. Todo es muy emocionante.

Después de meses de anhelantes expectativas, el día de partir finalmente llega. Preparas tus maletas y sales de viaje. Varias horas después, el avión aterriza. La azafata entra y dice: «Bienvenidos a Holanda».

«¡¿Holanda?!» exclamas. «“¿Cómo que Holanda? ¡Yo pagué para ir a Italia! Se supone que debo estar en Italia. Toda mi vida he soñado con ir a Italia»».

Pero ha habido un cambio en el plan de vuelo. Han aterrizado en Holanda y allí debes permanecer. Lo importante es que no te han llevado a un lugar horroroso, repugnante, sucio, lleno de pestilencia, carestía y enfermedad. Por lo tanto, debes salir y comprar otras nuevas guías turísticas. Y tienes que aprender un nuevo idioma. Te encontrarás con un nuevo grupo de personas que nunca imaginaste conocer.

Es solo un lugar diferente. Es más calmado que Italia, menos ostentoso que Italia. Pero después de estar allí durante un tiempo,  respiras profundo y miras a tu alrededor. Y empiezas a notar que Holanda tiene molinos de viento. Que Holanda tiene tulipanes. Y que, incluso, tiene pinturas de Rembrandt.

Pero todos los que tú conoces están ocupados yendo y viniendo de Italia… Y todos hacen alarde de lo maravilloso que lo pasaron allá. Y hasta el fin de tu vida, te dirás: «Sí, allí era donde debería haber ido. Eso fue lo que programé». Y ese dolor nunca, nunca, nunca se irá… Porque la pérdida de ese sueño es incomparable.

Pero si te pasas la vida lamentando el hecho de que no llegaste a ir a Italia, no podrás estar libre para gozar las cosas tan especiales, tan hermosas… de Holanda”.

Si te interesa:

Un documental

La historia de Jan. Durante seis años, Bernardo Moll grabó a su hijo, con síndrome de Down. El resultado es un emotivo documental que relata una historia de lucha y superación.

Un libro

Lejos del árbol: Historias de padres e hijos que aprendieron a quererse, de Andrew Solomon. A través de las historias de familias que se enfrentan a distintos tipos de discapacidad, el autor explica qué significa para los padres querer a hijos diferentes.

 

POLÍTICA DE PRIVACIDAD

De conformidad con lo dispuesto en el Reglamento General (UE) Sobre Protección de Datos, mediante la aceptación de la presente Política de Privacidad prestas tu consentimiento informado, expreso, libre e inequívoco para que los datos personales que proporciones a través de la página web https://www.belenpicadopsicologia.com (en adelante SITIO WEB) sean incluidos en un fichero de “USUARIOS WEB Y SUSCRIPTORES” así como “CLIENTES Y/O PROVEEDORES”

Belén Picado García como titular y gestora del sitio web que visitas, expone en este apartado la Política de Privacidad en el uso, y sobre la información de carácter personal que el usuario puede facilitar cuando visite o navegue por esta página web.

En el tratamiento de datos de carácter personal, Belén Picado Psicología garantiza el cumplimiento del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD). Por lo que informa a todos los usuarios, que los datos remitidos o suministrados a través de la presente serán debidamente tratados, garantizando los términos del RGPD. La responsable del tratamiento de los datos es Belén Picado García.

Belén Picado García se reserva el derecho de modificar la presente Política de Protección de Datos en cualquier momento, con el fin de adaptarla a novedades legislativas o cambios en sus actividades, siendo vigente la que en cada momento se encuentre publicada en esta web.

¿QUÉ SON LOS DATOS PERSONALES?

Una pequeña aproximación es importante, por ello, debes saber que sería cualquier información relativa a una persona que facilita cuando visita este sitio web, en este caso nombre, teléfono y email, y si adquiere algún producto necesitando factura, solicitaremos domicilio completo, nombre, apellidos y DNI o CIF.

Adicionalmente, cuando visitas nuestro sitio web, determinada información se almacena automáticamente por motivos técnicos como la dirección IP asignada por tu proveedor de acceso a Internet.

CALIDAD Y FINALIDAD

Al hacer clic en el botón “Enviar” (o equivalente) incorporado en nuestros formularios, el usuario declara que la información y los datos que en ellos ha facilitado son exactos y veraces. Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, el Usuario deberá comunicar, a la mayor brevedad posible, las modificaciones de sus datos de carácter personal que se vayan produciendo, así como las rectificaciones de datos erróneos en caso de que detecte alguno. El Usuario garantiza que los datos aportados son verdaderos, exactos, completos y actualizados, siendo responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. En función del formulario y/o correo electrónico al que accedas, o remitas, la información que nos facilites se utilizará para las finalidades descritas a continuación, por lo que aceptas expresamente y de forma libre e inequívoca su tratamiento con acuerdo a las siguientes finalidades:

  1. Las que particularmente se indiquen en cada una de las páginas donde aparezca el formulario de registro electrónico.
  2. Con carácter general, para atender tus solicitudes, consultas, comentarios, encargos o cualquier tipo de petición que sea realizada por el usuario a través de cualquiera de las formas de contacto que ponemos a disposición de nuestros usuarios, seguidores o lectores.
  3. Para informarte sobre consultas, peticiones, actividades, productos, novedades y/o servicios; vía e-mail, fax, Whatsapp, Skype, teléfono proporcionado, comunidades sociales (Redes Sociales), y de igual forma para enviarle comunicaciones comerciales a través de cualesquier otro medio electrónico o físico. Estas comunicaciones, siempre serán relacionadas con nuestros tema, servicios, novedades o promociones, así como aquellas que considerar de su interés y que puedan ofrecer colaboradores, empresas o partners con los que mantengamos acuerdos de promoción comercial. De ser así, garantizamos que estos terceros nunca tendrán acceso a sus datos personales. Siendo en todo caso estas comunicaciones realizadas por parte de este sitio web, y siempre sobre productos y servicios relacionados con nuestro sector.
  4. Elaborar perfiles de mercado con fines publicitarios o estadísticos.
  5. Esa misma información podrá ofrecérsele o remitírsele al hacerse seguidor de los perfiles de este sitio web en las redes sociales que se enlazan, por lo que al hacerte seguidor de cualquiera de los dos consientes expresamente el tratamiento de tus datos personales dentro del entorno de estas redes sociales, en cumplimiento de las presentes, así como de las condiciones particulares y políticas de privacidad de las mismas. Si desean dejar de recibir dicha información o que esos datos sean cancelados, puedes darte de baja como seguidor de nuestros perfiles en estas redes. Además, los seguidores en redes sociales podrán ejercer los derechos que la Ley les confiere, si bien, puesto que dichas plataformas pertenecen a terceros, las respuestas a los ejercicios de derechos por parte de este sitio web quedarán limitadas por las funcionalidades que permita la red social de que se trate, por lo que recomendamos que antes de seguir nuestros perfiles en redes sociales revises las condiciones de uso y políticas de privacidad de las mismas.

BAJA EN SUSCRIPCIÓN A NEWSLETTER Y ENVÍO DE COMUNICACIONES COMERCIALES

En relación a la baja en la suscripción de los emails enviados, le informamos que podrá en cualquier momento revocar el consentimiento prestado para el envío de comunicaciones comerciales, o para causar baja en nuestros servicios de suscripción, tan solo enviando un correo electrónico indicando su solicitud a: belen@belenpicadopsicologia.com indicando: BAJA SUSCRIPCIÓN.

DATOS DE TERCEROS

En el supuesto de que nos facilites datos de carácter personal de terceras personas, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 5.4. LOPD, declaras haber informado a dichas personas con carácter previo, del contenido de los datos facilitados, de la procedencia de los mismos, de la existencia y finalidad del fichero donde se contienen sus datos, de los destinatarios de dicha información, de la posibilidad de ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación u oposición, así como de los datos identificativos de este sitio web. En este sentido, es de su exclusiva responsabilidad informar de tal circunstancia a los terceros cuyos datos nos va a ceder, no asumiendo a este sitio web ninguna responsabilidad por el incumplimiento de este precepto por parte del usuario.

EJERCICIO DE DERECHOS

El titular de los datos podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose a la dirección de email: belen@belenpicadopsicologia.com. Dicha solicitud deberá contener los siguientes datos: nombre y apellidos, domicilio a efecto de notificaciones, fotocopia del DNI I o Pasaporte.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Este sitio web ha adoptado todas las medidas técnicas y de organización necesaria para garantizar la seguridad e integridad de los datos de carácter personal que trate, así como para evitar su pérdida, alteración y/o acceso por parte de terceros no autorizados. No obstante lo anterior, el usuario reconoce y acepta que las medidas de seguridad en Internet no son inexpugnables.

CAMBIOS Y ACTUALIZACIONES DE ESTA POLÍTICA DE PRIVACIDAD

Ocasionalmente esta política de privacidad puede ser actualizada. Si lo hacemos, actualizaremos la “fecha efectiva” presente al principio de esta página de política de privacidad. Si realizamos una actualización de esta política de privacidad que sea menos restrictiva en nuestro uso o que implique un tratamiento diferente de los datos previamente recolectados, te notificaremos previamente a la modificación y te pediremos de nuevo tu consentimiento en la página https://www.belenpicadopsicologia.com o contactando contigo utilizando la dirección de email que nos proporcionaste. Te animamos a que revises periódicamente esta política de privacidad con el fin de estar informado acerca del uso que damos a los datos recopilados. Si continúas utilizando esta página web entendemos que das tu consentimiento a esta política de privacidad y a cualquier actualización de la misma.

 

 
Nuestro sitio web utiliza cookies, principalmente de servicios de terceros. Defina sus preferencias de privacidad y / o acepte nuestro uso de cookies.