Distancia emocional

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja 1500 1000 BELÉN PICADO

Marta y Alfonso llevan un tiempo saliendo. Hay complicidad, conexión, tienen aficiones comunes y el sexo es divertido. Aunque no se habían planteado nada serio, cada vez pasan más tiempo juntos y él propone dar un paso más y ser pareja. Marta se muestra entusiasmada con la idea, pero de un día para otro deja de responder mensajes, su comportamiento se vuelve más frío y distante, busca excusas para no quedar o discute por las cosas más tontas. Alfonso, que no entiende nada, expresa su frustración y su enfado por estas muestras de desinterés y al poco tiempo la relación se rompe. La conducta de Marta es un ejemplo de autosabotaje en el amor, pero hay muchos otros: buscar a la relación defectos que no tiene, ser infiel, encadenar relaciones, etc.

Hay personas para quienes amar siempre va asociado a sufrir y esto les resulta tan inmanejable que acaban boicoteando sus propias relaciones con tal de alejar la posibilidad de experimentar dolor. ¿Cómo? Adoptando actitudes y comportamientos que torpedean la buena marcha de la relación. Esto puede hacerse de manera consciente o, como ocurre en la mayoría de los casos, inconscientemente. Y, a menudo, detrás hay una combinación de miedos, inseguridades y patrones aprendidos. La consecuencia inmediata es la frustración, la ansiedad y el desamor.

Qué es el autosabotaje en el amor

A nuestro cerebro no le gusta la incertidumbre. Por naturaleza, busca la seguridad y la familiaridad. Así que cuando nos adentramos en situaciones desconocidas como una relación nueva o se produce un cambio importante en un vínculo ya existente, pueden saltar alarmas internas que nos instan a regresar a lo que ya conocemos. Y ahí es donde entra en juego el autosabotaje, que no es otra cosa que un mecanismo de protección que pone en marcha el cerebro para evitar el dolor y la posibilidad de ser heridos.

El problema es que estas barreras autoimpuestas no solo nos protegen del sufrimiento. También:

  • Nos privan de las cosas positivas y de la plenitud que pueden venir de una conexión íntima y auténtica con otra persona.
  • Pueden conducirnos a una retahíla interminable de historias de amor frustradas y fallidas, reforzando nuestra creencia de que nuestras relaciones están destinadas al fracaso.
  • Nos llevan a perder la oportunidad de tener vínculos profundos y duraderos.

En el amor existe una dualidad constante entre el deseo ferviente de que la relación prospere y el temor a que no sea así. Y precisamente es este miedo al sufrimiento, al abandono o a la falta de reciprocidad el que puede llevarnos a este autosabotaje.

La investigadora y psicóloga Raquel Peel explica que, si bien la necesidad de pertenencia y de conectarse con los otros de un modo significativo e íntimo es algo inherente a nuestra naturaleza, si en este proceso experimentamos dolor es muy posible que el instinto de autoprotección tome las riendas y prevalezca sobre el deseo de conexión con los demás.

Al final, por mucho que estos comportamientos de autosabotaje duelan, en cierto modo también resultan gratificantes, pues nunca se abordará lo esencial que subyace a la relación y que tiene que ver con nuestros miedos y conflictos internos.

Autosabotaje en el amor

Imagen de Freepik

10 señales de que estás boicoteando tu relación de pareja

Para poder acabar con el autosabotaje en las relaciones y cultivar vínculos más saludables y satisfactorios en el futuro, lo primero es aprender a reconocer las formas en que se presenta. Unas son obvias, pero otras son más difíciles de reconocer.

1. Siempre estás a la defensiva

Esta es una de las formas en las que, según Peel, alguien puede sabotear sus propias relaciones. La persona tiene tanto miedo a resultar lastimada que se protege antes de que ocurra cualquier conflicto o en cuanto se siente demasiado vulnerable. Esto es lo que le ocurre a Laura. Creció en un hogar donde siempre se sentía criticada por su familia y en el presente, cada vez que su pareja intenta darle un feedback constructivo, se siente atacada y automáticamente se pone a la defensiva, creando un ambiente enrarecido y hostil.

2. Tu desconfianza es permanente

Tu baja autoestima y el pobre concepto que tienes de ti mismo/a te llevan a dudar de que alguien pueda amarte tal como eres. Así que comienzas a preguntarte: «¿Qué querrá de mí en realidad?», «¿Estará jugando conmigo?», «¿Estará esperando a que me enamore perdidamente para luego dejarme y reírse a mi costa?». Y esa desconfianza va traduciéndose en una actitud vigilante, controladora y posesiva, creando tensión y distancia en la relación.

A Sara le preocupa que su novio pueda estar viendo a otra persona a sus espaldas y trata de controlarle en todos los aspectos de su vida, buscando un contacto constante. Le envía mensajes continuamente, se muestra celosa y le pide pruebas de que le está siendo fiel. Agobiado, él la deja y los peores temores de Sara se confirman: «Sabía que me iba a dejar». Es lo que se conoce en psicología como profecía autocumplida.

Esta desconfianza también puede estar generada por experiencias previas de traición o abandono en otras relaciones.

3. Buscas defectos a tu pareja y a la propia relación constantemente

Sofía se pasa el día buscando fallos a su novio Pablo, desde su elección de ropa hasta su forma de hablar. Quiere que tanto él como la relación sean perfectos, pero como la perfección no existe siempre encuentra algo que criticar. Al final él, ante la imposibilidad de complacerla, deja de intentarlo y la pareja se rompe. A través de este comportamiento, Sofía busca inconscientemente justificar sus propios miedos e inseguridades y sus dudas sobre la relación. Algo que acaba minando la confianza mutua y dificulta la construcción de una conexión sólida.

4. Provocas conflictos innecesarios

Marcos a menudo provoca peleas con su pareja Ana sobre cosas triviales, como quién debe lavar los platos o qué película ver. Si bien ella trata de resolver los problemas de manera constructiva, él parece estar más interesado en salirse con la suya que en resolver los conflictos de manera efectiva. En realidad, el comportamiento de Marcos es una forma inconsciente de mantener la distancia emocional y/o evitar el compromiso. Otra forma de sabotear la relación es irnos en medio de una discusión o amenazar constantemente con romper, ya que crea inestabilidad e inseguridad. Esta tendencia a crear conflictos innecesarios lleva a tensiones constantes que acaban debilitando el vínculo.

5. Comparas todo el tiempo tu relación actual con otras anteriores

A veces idealizas el pasado y otras buscas en el presente signos de problemas similares que tuviste con tus ex parejas. Lucía ha tenido varias relaciones que terminaron mal debido a la falta de comunicación y compromiso de sus parejas. Ahora, en su relación actual, cada vez que su novio cancela un plan o no responde un mensaje de inmediato, ella recuerda sus experiencias pasadas y no puede evitar dudar de la lealtad de su pareja y cuestionar si realmente están tienen el mismo grado de compromiso.

Toni, por su parte, tuvo una relación en el pasado que define como la mejor de su vida. Siempre habla de los buenos momentos que pasó con su ex y compara constantemente a su pareja actual con ella. Esto crea tensiones en su relación actual, ya que su novia se siente constantemente juzgada e inferior a la ex de Toni. Además, él tiene expectativas poco realistas sobre cómo debería ser su relación actual, lo que dificulta su capacidad para disfrutarla plenamente.

6. Pones distancia emocional con tu pareja

Ya sea de forma consciente o inconsciente, este alejamiento emocional puede producirse de diversas formas. Por ejemplo, es posible que unas veces evites el contacto físico y otras rehúyas conversaciones íntimas o te resistas a compartir tus pensamientos y sentimientos más profundos. Este es el caso de Raquel, que prefiere pasar tiempo sola o con amigos en lugar de disfrutar de momentos íntimos con Jorge, su pareja. Aunque él intenta acercarse y conectar emocionalmente, Ana se muestra incómoda al exponer su vulnerabilidad, lo que crea una importante brecha emocional en su relación.

Aquí también se incluye el hecho de mostrarnos inaccesibles emocionalmente. Cuando evitamos acercarnos a alguien que nos gusta por miedo a que nos haga daño, estamos imposibilitando que se establezca una posible relación. O cuando optamos por iniciar un «casi algo», pero sin implicarnos demasiado. «No soportaría otro fracaso», nos excusamos.

Autosabotaje en el amor

7. Eres infiel

En algunos casos, una persona que es infiel puede estar buscando inconscientemente sabotear la relación debido a sentimientos de culpa, miedo al compromiso, baja autoestima u otros problemas emocionales no resueltos. Daniel lleva varios años en una relación, siempre en medio de una lucha interna con su miedo al compromiso y la sensación de estar «atrapado». Sin embargo, en lugar de abordar estos problemas con su pareja, busca gratificación emocional fuera de la relación a través de encuentros breves y superficiales con otras personas. La infidelidad de Daniel es una forma de sabotear la relación y evitar enfrentar sus propios miedos y conflictos internos.

Laura, por su parte, ha experimentado períodos de baja autoestima a lo largo de su vida y, a menudo, se siente insegura en su relación actual. Pese a que su marido le brinda amor y apoyo, a ella le cuesta aceptar que es digna de ese amor y atención. Como resultado, busca validación externa a través de relaciones extramatrimoniales, lo que socava la confianza y la intimidad en su relación principal.

Al final, recurrir a la infidelidad como forma de escapar de las dificultades o de las insatisfacciones presentes en la relación, suele terminar causando aún más daño y conflicto.

8. Culpas a tu pareja cuando las cosas van mal

Si tiendes a buscar siempre culpables en otra parte cada vez que te enfrentas a dificultades, quizás ha llegado el momento de examinar más de cerca lo que ha ocurrido. Cuando no somos capaces de abordar nuestros propios problemas y conflictos internos ni asumimos la responsabilidad por nuestras acciones, es fácil acabar proyectando la culpa en nuestra pareja y atribuyéndole todos los problemas de la relación en un intento de protegernos a nosotros mismos.

Además, culparla a ella puede ser una forma de justificar nuestra propia insatisfacción o infelicidad en la relación. En lugar de reconocer y abordar nuestras propias necesidades no satisfechas, reprochamos al otro que no haya cumplido nuestras expectativas. Al final, este modo de ver las cosas, solo perpetúa la discordia y el resentimiento.

9. Siempre acabas saliendo con personas que no son adecuadas para ti

Esta es una forma muy común de autosabotaje en el amor. Ocurre cuando seguimos vinculándonos con un tipo de persona similar a otras con las que nuestras relaciones acabaron mal, cuando intentamos que las cosas funcionen con alguien que tiene objetivos muy diferentes para el futuro o cuando permanecemos en una relación pese a ver claramente que no va a ninguna parte. Por ejemplo, quieres casarte y formar una familia, pero eliges una pareja que no está emocionalmente disponible o a alguien que tiene claro que no quiere tener hijos.

Siguiendo y repitiendo estos patrones, solo conseguirás boicotear la posibilidad de encontrar a alguien más adecuado a largo plazo, quedarte en relaciones tóxicas y dañinas o seguir con parejas que no te valoran porque crees que no mereces más o por miedo a quedarte solo/a y no encontrar algo mejor.

10. Te pasas la vida saltando de una relación a otra

Cuando encadenamos relaciones sin tomarnos el tiempo necesario para sanar o rompemos con cada pareja ante el más mínimo problema, solo para comenzar a salir con otra de inmediato, lo que estamos haciendo en realidad es escapar de emociones difíciles que no sabemos cómo afrontar y evitando lidiar con problemas no resueltos de vínculos anteriores.

Jaime ha estado saltando de una relación a otra desde que era joven, sin tomarse un tiempo para estar solo y reflexionar sobre lo que realmente quiere en una pareja. A medida que avanza en su vida adulta, se da cuenta de que ha estado evitando la soledad y buscando constantemente la compañía de otra persona para sentirse completo. Sin embargo, esto solo le ha llevado a relaciones superficiales y poco satisfactorias que no le brindan la felicidad y la satisfacción que anhela.

Además del miedo a la soledad de Jaime, hay otras razones que pueden llevar a alguien a ir de una relación a otra, como buscar constantemente la validación externa o la felicidad en otra persona, en lugar de centrarse en el propio bienestar emocional.

«Fleabag» o cómo los traumas no resueltos se hacen oír a través del autosabotaje en el amor

«Fleabag» (Prime Video) es el título de una serie creada y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge. El personaje principal es una mujer joven con varios traumas y conflictos internos que boicotea constantemente sus vínculos.

«Fleabag»

Estas son algunas formas en las que la protagonista de esta tragicomedia torpedea sus relaciones (Si no la habéis visto, a partir de aquí encontraréis algún spoiler):

  • Promiscuidad sexual. El personaje recurre al sexo casual como una forma de evitar implicarse emocionalmente y, de este modo, tener que afrontar sus problemas en este aspecto. A lo largo de la serie, tiene numerosas aventuras sexuales sin compromiso, buscando una gratificación momentánea, pero evitando una intimidad emocional real.
  • Evasión emocional. Tiende a evadir o minimizar sus propios sentimientos, especialmente cuando se trata de temas difíciles o dolorosos. En este intento de no confrontar sus emociones, a menudo recurre al sarcasmo para evitar el dolor emocional que experimenta.
  • Relaciones autodestructivas. A lo largo de la serie, va involucrándose continuamente en todo tipo de relaciones tóxicas. Desde el complicado vínculo con su hermana hasta la problemática relación con su padre y su madrastra o la elección de hombres no disponibles emocionalmente, la protagonista acaba atrayendo siempre relaciones que reflejan sus propios conflictos internos no resueltos.
  • Falta de autoestima. Su aparente seguridad en sí misma oculta una profunda falta de autoestima y de autoaceptación. Se critica a sí misma con frecuencia y tiene dificultades para creer que es digna de amor y felicidad en una relación.
Referencias bibliográficas

Peel, R. & Caltabiano, N. (2021). The relationship sabotage scale: an evaluation of factor analyses and constructive validity. BMC psychology, 9(1), 146

Branden, N. (1994). Los seis pilares de la autoestima. Barcelona: Paidós.

Una buena diferenciación pasa por mantener la propia individualidad y ser uno mismo sin perder la conexión emocional con los demás.

Qué es la diferenciación y cómo influye para establecer relaciones sanas

Qué es la diferenciación y cómo influye para establecer relaciones sanas 1196 876 BELÉN PICADO

Los seres humanos nos debatimos permanentemente entre la necesidad de pertenencia y la necesidad de ser autónomos. Si conseguimos mantener nuestra individualidad sin perder la conexión emocional con los demás, el resultado serán relaciones sanas y enriquecedoras. Para alcanzar este equilibrio necesitamos haber desarrollado un adecuado nivel de diferenciación, algo que depende, en gran medida, del ambiente familiar en el que hayamos crecido.

El concepto de diferenciación se lo debemos al psiquiatra estadounidense Murray Bowen. Hace referencia al nivel de independencia emocional que desarrollamos ya desde el seno familiar y a nuestra capacidad de ser autónomos sin sentirnos excluidos del grupo. También tiene que ver con la habilidad para diferenciar la propia experiencia interna (sensaciones, emociones, pensamientos) de la de los demás.

Según Bowen, el proceso de diferenciación del self (o diferenciación de sí mismo) se va desarrollando a dos niveles: el nivel intrapsíquico, que refleja cómo nos relacionamos con nosotros mismos, y el nivel interpersonal, que tiene que ver con el modo en que establecemos vínculos con los demás.

Nivel intrapsíquico: diferenciando emociones de pensamientos

Está relacionado con la habilidad para distinguir entre pensamientos y emociones, de modo que la persona puede escoger cómo actuar y también elegir si recurrir a su parte cognitiva o emocional en función de lo que sea más conveniente, tanto para ella como para la situación en la que se encuentra.

Este nivel cuenta con dos componentes: reactividad emocional y posición del yo.

  • La reactividad emocional es la tendencia a reaccionar a situaciones de estrés con un alto nivel de activación y de manera irracional.
  • La posición del yo se refiere a la habilidad para poder experimentar y comunicar los propios pensamientos y sentimientos sin necesidad de modificarlos para cumplir las expectativas de los demás y sin responsabilizar al otro de lo que yo pienso o siento.

Por ejemplo, alguien con un bajo nivel de diferenciación intrapsíquica encontrará dificultades para pensar con claridad y tenderá a actuar de forma hipersensible o impulsiva, empujado por la ansiedad o la intensidad emocional. O bien, se irá al otro extremo: adoptará una actitud excesivamente racionalizadora y evitará el contacto, lo que le dificultará comprender tanto sus propias emociones como las ajenas.

Por el contrario, una persona con un adecuado nivel de diferenciación tiene una visión realista de sí misma, así como de sus propios valores, prioridades, necesidades… Es capaz de alcanzar sus metas sin tener que renunciar a relacionarse con otros, pero también sin necesidad de depender de ellos. Como sabe distinguir pensamientos y emociones, podrá vivir estas con intensidad y, a la vez, pensar con claridad antes de actuar. Y algo también muy importante: no se abrumará ante los sentimientos de otros.

Una persona con un adecuado nivel de diferenciación tiene una visión realista de sí misma.

Nivel interpersonal: Buscando el equilibrio entre autonomía y conexión emocional

Este nivel hace alusión a la capacidad para mantener el equilibrio entre la propia autonomía y la intimidad con los otros. La persona diferenciada sabe estar emocionalmente próxima a los demás sin llegar a fusionarse y sin perder su propia identidad. Asimismo, comprende que el afecto, el amor y la aprobación de otros es algo muy deseable, pero no indispensable, lo que le ayuda a establecer compromisos sanos.

En cambio, quien tiene un bajo nivel de diferenciación será muy reactivo emocionalmente a los dictados de los miembros de la familia de origen o a las expectativas de personas significativas. Y reaccionará ante ello adaptándose o rebelándose.

Bowen distingue varios estilos relacionales en el nivel interpersonal:

  • Fusión con los otros. Se produce cuando hay una implicación emocional excesiva en las relaciones íntimas. Un ejemplo sería renunciar a mantener el propio criterio asumiendo el del otro para evitar conflictos y desencuentros. Además, hay mucho miedo al abandono y ansiedad ante la distancia o la separación, lo que favorece la dependencia emocional. Este estilo estaría relacionado con el apego inseguro ambivalente o ansioso.
  • Corte emocional. Tendencia a manejar la ansiedad en las relaciones poniendo distancia emocional y/o física. Se trata de personas que, al tener poca capacidad para establecer lazos emocionales de intimidad, tienden a la evitación del contacto físico y emocional. Este estilo se correspondería con el apego inseguro evitativo o distanciante.
  • Dominio de los otros. Ocurre cuando a alguien le cuesta tolerar opiniones distintas a la suya o es propenso a presionar a los demás para que se amolden a sus propios intereses. Son personas tajantes y dogmáticas que suelen enzarzarse en continuas luchas de poder.

Cuando la diferenciación es baja, tanto la proximidad como la distancia son una amenaza: «Si me acerco demasiado, me atrapas», «Si me distancio demasiado, te pierdo» o «Necesito el contacto, pero temo que me invadas».

Diferenciación y apego

Al nacer, el bebé depende totalmente de la madre para, poco a poco, ir separándose de ella y encontrando su propia individualidad. Precisamente para que se genere un estilo de apego seguro es necesario que los cuidadores encuentren un delicado equilibrio entre favorecer la autonomía del niño permitiéndole explorar y, a la vez, sean base segura y refugio cuando el pequeño lo necesite.

A medida que el niño crece como una persona separada de su madre (primero física y luego emocionalmente), va adquiriendo habilidades para sentir, pensar y actuar por sí mismo al tiempo que aprende a establecer relaciones con los demás. Este proceso de diferenciación adquiere una especial importancia en la adolescencia, etapa en la que se experimenta una mayor necesidad de tomar distancia de la familia de origen. Se empieza también a cuestionar el modelo parental y se da más prioridad a los iguales. En este periodo, tan importante en la formación de la identidad, cuanta mayor diferenciación de las figuras de apego, mejor capacidad para tomar decisiones propias. Y también mayor probabilidad de que el adolescente se convierta en un adulto flexible, autónomo e independiente emocionalmente.

Una buena diferenciación está relacionada con un estilo de apego seguro.

De generación en generación

Nuestro grado de diferenciación está estrechamente relacionado con el de nuestras figuras de apego. Es de esperar que unos cuidadores bien diferenciados favorezcan a su vez una diferenciación adecuada en sus hijos. En estos sistemas, cuando se produzcan cambios propios del ciclo vital de la familia (nacimientos, adolescencia, enfermedades, emancipación de un hijo ya adulto, etc.) se podrán transitar de forma natural, respetando la autonomía de sus miembros, pero sin perder la conexión emocional y la capacidad de apoyo.

Sin embargo, una familia poco diferenciada tenderá a ser exigente y demandante e impedirá la diferenciación de sus integrantes. Es el caso de las familias aglutinadas, donde no solo hay una confusión de roles, sino también un exagerado sentido de pertenencia y un concepto de la lealtad familiar mal entendido, priorizando el sentido de grupo en detrimento de la autonomía personal. ¿El resultado? Hijos indiferenciados, bien con tendencia a la fusión o bien con tendencia a la desconexión emocional.

Los primeros actuarán de manera dependiente, dando excesiva importancia a sus relaciones por encima de su propia identidad. En cuanto a los ‘desconectados’, es posible que pongan distancia o, incluso, que corten todo vínculo con el sistema. Sin embargo, muy probablemente buscarán crear una «familia sustituta» en otras relaciones (amigos, parejas), donde seguirán adoptando la misma dinámica que con la familia de origen. Es decir, cuando en uno de esos grupos o dentro de la pareja se genere alguna tensión o conflicto, la persona huirá de nuevo de la situación. Y así una y otra vez. También puede ocurrir que una persona que corte totalmente el contacto con un padre crítico o negligente, por ejemplo, acabe depositando en su pareja o en sus hijos esa necesidad de aprobación o cuidados que no recibió en su día.

Generalmente, cuando una familia bloquea u obstaculiza el proceso de diferenciación de sus miembros hay varias generaciones previas que hicieron lo mismo. Y es que el grado de diferenciación va transmitiéndose de una generación a la siguiente. José de Jesús Vargas Flores y colaboradores lo explican en el artículo La dinámica de la familia y la diferenciación: «De manera implícita, el individuo lleva internalizados los conflictos, problemas, formas de ver la vida y soluciones que han pertenecido a sus padres y a generaciones pasadas. Tanto, que es difícil que sea detectado por la persona».

La diferenciación según el género: «Shame»

La falta de diferenciación suele manifestarse de forma distinta en hombres y mujeres. En su Manual de Terapia Sistémica, Alicia Moreno utiliza la película Shame (Steve McQueen, 2011) como ejemplo para explicar estas diferencias:

«El protagonista es adicto al sexo, está enganchado a pornografía en Internet, se masturba y tiene encuentros sexuales con desconocidas de forma compulsiva. Evita cualquier contacto emocional y no tiene ninguna relación significativa, de pareja o amistad. Cuando su única hermana, con la que habitualmente evita tener contacto, aparece en su casa a pedirle ayuda, su nivel de ansiedad (y su compulsión) se disparan; no puede tolerar su exceso de emocionalidad y actitud tan dependiente hacia él y los hombres de los que permanentemente se ‘engancha’. En la película queda implícito que ambos fueron víctimas de unos padres muy dañinos, y que no han tenido ningún otro vínculo familiar protector.

Desde el punto de vista de la diferenciación, ambos tienen un nivel similar. El ‘enganche’ emocional de ella y el ‘enganche’ sexual de él y su ‘alergia’ a los vínculos afectivos serían las dos caras de la misma moneda. Los extremos de fusión o hiper-individualidad que representan de forma exagerada y estereotipada los roles característicos de hombres y mujeres con una baja diferenciación. Él desconecta de sus emociones y de todo contacto personal significativo (cut-off), dando una imagen de triunfador seguro de sí mismo centrado en sus logros profesionales. Ella, por el contrario, parece una persona desbordada por sus necesidades de dependencia, sin capacidad para pensar con claridad ni hacerse cargo de su vida, cuya responsabilidad deposita en otros (en este caso, en su hermano igualmente frágil e incapaz de tolerar la intensidad de un vínculo afectivo)».

Michael Fassbender y Carey Mulligan en "Shame"

Michael Fassbender y Carey Mulligan en «Shame».

Cómo obtener una buena diferenciación

Mejorar nuestro grado de diferenciación respecto a la familia de origen conlleva esfuerzo y constancia. Y también supondrá un impacto en nuestro entorno para el que debemos prepararnos. Cuando el cambio comience a producirse, lo más probable es que haya reacciones en ese entorno en un intento por restablecer el antiguo equilibrio.

Algunas pautas para mejorar nuestro grado de diferenciación:

  • Tomar conciencia sobre nuestro modo de relacionarnos y también conocer en profundidad cómo funcionan nuestros diferentes sistemas relacionales (amigos, familia, pareja, etc.). Esto nos ayudará a generar vínculos más sanos y auténticos.
  • Distinguir patrones emocionales disfuncionales y transformar el papel que jugamos en ellos. Es necesario que nos atrevamos a expresar, de forma calmada y reflexiva, nuestra perspectiva sobre temas emocionalmente relevantes para nosotros. Independientemente de quién esté a favor o en contra.
  • Identificar nuestras necesidades, establecer nuestros valores o trazar nuestros proyectos vitales.
  • Salir de esa posición de dependencia que lleva a buscar la aprobación de los demás, a depositar la responsabilidad en otros (por ejemplo, en unos padres que vemos como inadecuados) o a seguir aferrados a determinadas expectativas familiares que no son las nuestras.
  • Abordar asuntos pendientes, duelos no resueltos o conflictos de lealtades con la familia de origen, en vez de poner distancia.
  • Ir paso a paso. Como indica Moreno, «los movimientos hacia la diferenciación deben ser cuidadosos y modestos. En lugar de intentar dar un gran paso en una relación muy fusionada (p. ej., confrontar a mi madre con el hecho de que voy a dejar de una vez de ‘hacer de madre’ con ella, y que necesito que ella me cuide), es preferible elegir pequeñas acciones que vayan en dirección al cambio (compartir con ella algunas de las dificultades que tengo en mi vida; pedirle que me cocine algo rico; decirle que esta vez no le puedo prestar dinero».
  • Pedir ayuda profesional. Abandonar un patrón que lleva acompañándonos toda la vida no es tarea fácil. Si el proceso te resulta demasiado complicado, no dudes en pedir ayuda profesional. (Si lo deseas, puedes ponerte en contacto conmigo y te acompañaré en tu proceso)
Referencias bibliográficas

Kerr, M. E. y Bowen, M. (1988). Family evaluation: An approach based on Bowen theory. W W Norton & Co.

Moreno, A. (2014). Manual de Terapia Sistémica. Bilbao: Desclée de Brouwer.

Vargas, J. J., Ibáñez, E.J y Mares, K. (2016). La dinámica de la familia y la diferenciación. Alternativas en psicología, 33, 133-159.

Afrontar la desescalada del coronavirus protegiendo la salud mental es posible.

Afrontar la desescalada del coronavirus protegiendo nuestra salud mental

Afrontar la desescalada del coronavirus protegiendo nuestra salud mental 1920 1280 BELÉN PICADO

Siete semanas después de que se iniciara el estado de alarma, acaba de comenzar la desescalada del coronavirus que marcará al final de la cuarentena. Ahora que se ve luz al final del túnel parece lógico y esperable que estemos deseando salir a la calle y atravesar lo antes posible todas las fases del “plan para la transición hacia la nueva normalidad”. Y también parece lógico y esperable querer abrazar a nuestros seres queridos, retomar nuestros viajes y proyectos, quedar en una terraza con los amigos… Sin embargo, no siempre ocurre así. Por ejemplo, mientras que para algunas personas mantener el distanciamiento físico es desesperante porque necesitan ese tipo de contacto, otras lo viven con alivio porque sienten que saludar con un beso es excesivamente íntimo.

De cualquier modo y según los expertos, parece que el COVID-19 se quedará entre nosotros un tiempo, así que mejor asumirlo y aprender a convivir con él. Con prudencia y responsabilidad, pero sin alarma. Se trata de adaptarnos a otra manera de relacionarnos. Ni mejor ni peor; solo distinta. Eso sí, protegiendo siempre no solo nuestra salud física, sino también la mental.

Vigilar el bajón postconfinamiento

¿Os ha pasado alguna vez que después de una etapa de mucho estrés en la que habéis tirado hacia delante, de pronto y cuando todo parece volver a la normalidad, habéis tenido un bajón de ánimo o habéis enfermado? Pues esto también puede pasar después del confinamiento. Y es que para nuestra mente no es fácil bajar la guardia después de estar tanto tiempo alerta.

Conviene prestar atención a posibles síntomas de ansiedad, depresión, estrés o problemas de sueño y buscar ayuda psicológica si es necesario. Reaccionar como si no pasase nada y meter ‘las pelusas bajo la alfombra’ solo hará que los problemas se acumulen y salgan más delante con mayor intensidad.

En el caso de quienes hayan perdido a un ser querido, es posible también que después de unas semanas ‘insensibilizados’ noten en mayor grado la ausencia y el dolor se haga más presente. Cuando sea posible, celebrar una ceremonia con las personas más allegadas para honrar al fallecido ayudará en el proceso de duelo.

Hay que estar atentos a posibles síntomas de ansiedad, depresión o trastornos del sueño.

Un plan personalizado contra el miedo a salir

Ya he comentado en otras ocasiones que al ser el COVID-19 un peligro real, el miedo cumple una función adaptativa porque nos lleva ser prudentes y a protegernos. Sin embargo, pasa a ser desadaptativo cuando se ‘descontrola’ y se generaliza a situaciones neutras que no suponen una amenaza. Por ejemplo, el miedo al contagio nos llevará a seguir unas adecuadas medidas de higiene, pero ese temor se vuelve desadaptativo cuando impulsa a la persona a seguir rituales de limpieza repetidos, obsesivos e innecesarios.

Después de tantas semanas en casa, se ha convertido en un lugar seguro donde nos sentimos a salvo y es normal que nos cueste salir. De hecho, es habitual que cualquier cambio genere cierto nivel de estrés y requiera un periodo de adaptación, incluso cuando dicho cambio es positivo (un ascenso profesional, por ejemplo).

No se trata de forzarse a recuperar una normalidad total en un día ni tampoco de instalarse en el miedo y convertir nuestro hogar en un búnker. Teniendo en cuenta el plan de desescalada del coronavirus que ha propuesto el Gobierno, cada uno de nosotros podemos adaptarlo a nuestras necesidades y dibujar nuestro propio plan individualizado. Puede que a ti no te apetezca salir enseguida y prefieras esperar un par de días más. Tampoco estás obligado a caminar un kilómetro, quizás prefieras dar un paseo por los alrededores de tu casa por si te agobias y necesitas volver… Paso a paso.

La distancia física no implica distancia emocional

De momento, tendremos que mantener guardados en el baúl de los recuerdos los besos, los abrazos o darse la mano y acostumbrarnos a otros modos de vincularnos con el resto del mundo. Puede ser un buen momento de probar otras modalidades de saludo. Seguro que nuestro interlocutor entenderá igualmente una leve inclinación de cabeza o, incluso, llevarse ligeramente la mano al corazón. Y si añadimos una sonrisa, la sensación será mucho más cercana. Hay una gran diferencia entre elegir no compartir el ascensor con la familia que vive en el piso de arriba y bajar la cabeza sin sonreír ni saludar cuando os cruzáis en el portal.

Por otro lado, podemos ver este periodo como una oportunidad para tomar conciencia de dónde ponemos habitualmente los límites en nuestra relación con el otro y, de paso, tomar la medida de nuestro espacio personal. La profesora de sociología Leslie Hayduk define este último concepto como “el área que los individuos mantienen alrededor de sí mismos y donde los otros no pueden entrar sin provocar incomodidad”. Individuos más dependientes sienten la cercanía física como algo tranquilizador, así que su espacio personal suele ser mucho más reducido que el de personas más evitativas. Estas, por el contrario, necesitan un espacio personal más amplio y valoran de forma más positiva la distancia física y la soledad (entre otras cosas porque a menudo es la propia gente la que dispara su ansiedad).

Pero no solo debemos prestar atención a nuestro propio espacio personal, sino también aceptar el del otro. Sea cual sea la distancia física que nosotros necesitemos establecer, respetemos aquella con la que el otro se siente cómodo sin renunciar a mantener una actitud amable con él. Podemos mantener la distancia física y permanecer muy cerca social y emocionalmente.

La distancia física no conlleva mantener también distancia emocional.

Reencuadrar la situación

La mayoría hemos sufrido algún tipo de pérdida desde que el COVID-19 apareció en el horizonte. Los que han enfermado han sufrido la pérdida de su salud, hay quienes han perdido su trabajo, otros no habrán podido materializar algún proyecto profesional importante, algunas parejas han tenido que posponer su boda… En estas y otras situaciones es normal sentirse tristes, angustiados o furiosos y es necesario reconocer y aceptar estas emociones. Pero no podemos quedarnos enganchados a ellas.

Tomemos un tiempo para digerir lo que nos ha ocurrido, cojamos fuerzas e iniciemos el proceso de reconstrucción. Hay que asumir la nueva situación y dedicar toda nuestra energía a visualizar nuevos proyectos.

Igualmente es necesario reencuadrar otra emoción que no nos hace nada bien: la desconfianza. Mientras nos dejemos llevar por el resentimiento hacia los políticos, el propio virus o el Gobierno, aumentará nuestra incertidumbre y nuestra sensación de inseguridad y de falta de control y eso nos impedirá seguir adelante. Tener espíritu crítico y saber identificar cuándo las cosas no se hacen correctamente no está reñido con admitir lo que se ha hecho bien y reconocer la buena intención en algo, pese a que el resultado no sea el esperado. Cambiemos el rencor por agradecimiento y la sospecha por confianza.

Conservar algunas rutinas adquiridas durante la cuarentena

Pasar estas semanas en casa ha permitido a muchos recuperar el tiempo perdido con sus hijos y, lógicamente, los niños han estado encantados. Aunque poco a poco haya que ir retomando la normalidad, será muy beneficioso para padres e hijos mantener algunos de esos momentos de juego e intimidad.

Igualmente podemos conservar otros hábitos incorporados durante este periodo, como mantener un mayor contacto con la familia o prolongar en el tiempo los gestos altruistas y solidarios con otras personas. Otra costumbre que no deberíamos desechar tiene que ver con el consumo responsable. Las compras, que son una vía de escape durante periodos de estrés emocional, se han reducido considerablemente y hemos comprobado que podemos vivir con mucho menos de lo que pensábamos. Así que, probemos a continuar así.

Tratemos de seguir compartiendo momentos de juego y disfrute con nuestros hijos.

Si, aun siguiendo estas pautas, la vuelta a la realidad te genera un alto grado de ansiedad, te desborda o interfiere con tu vida cotidiana, acude a un psicólogo. (Si lo deseas, puedes ponerte en contacto conmigo y te ayudaré a encontrar los recursos necesarios para superar este proceso)

 Puede interesarte

Encontrarás más recursos e información relacionada con el COVID-19 en otros artículos de este blog:

Trastorno por estrés postraumático y COVID-19: Más vale prevenir…

Hipocondría y coronavirus: Pautas para sobrevivir a la cuarentena

Música contra el coronavirus: Más empatía y menos ansiedad

Muerte por coronavirus: Rituales simbólicos de despedida para facilitar el duelo

Aprendiendo de la soledad en tiempos de coronavirus

8 claves para afrontar el aislamiento por coronavirus en casa

 

POLÍTICA DE PRIVACIDAD

De conformidad con lo dispuesto en el Reglamento General (UE) Sobre Protección de Datos, mediante la aceptación de la presente Política de Privacidad prestas tu consentimiento informado, expreso, libre e inequívoco para que los datos personales que proporciones a través de la página web https://www.belenpicadopsicologia.com (en adelante SITIO WEB) sean incluidos en un fichero de “USUARIOS WEB Y SUSCRIPTORES” así como “CLIENTES Y/O PROVEEDORES”

Belén Picado García como titular y gestora del sitio web que visitas, expone en este apartado la Política de Privacidad en el uso, y sobre la información de carácter personal que el usuario puede facilitar cuando visite o navegue por esta página web.

En el tratamiento de datos de carácter personal, Belén Picado Psicología garantiza el cumplimiento del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD). Por lo que informa a todos los usuarios, que los datos remitidos o suministrados a través de la presente serán debidamente tratados, garantizando los términos del RGPD. La responsable del tratamiento de los datos es Belén Picado García.

Belén Picado García se reserva el derecho de modificar la presente Política de Protección de Datos en cualquier momento, con el fin de adaptarla a novedades legislativas o cambios en sus actividades, siendo vigente la que en cada momento se encuentre publicada en esta web.

¿QUÉ SON LOS DATOS PERSONALES?

Una pequeña aproximación es importante, por ello, debes saber que sería cualquier información relativa a una persona que facilita cuando visita este sitio web, en este caso nombre, teléfono y email, y si adquiere algún producto necesitando factura, solicitaremos domicilio completo, nombre, apellidos y DNI o CIF.

Adicionalmente, cuando visitas nuestro sitio web, determinada información se almacena automáticamente por motivos técnicos como la dirección IP asignada por tu proveedor de acceso a Internet.

CALIDAD Y FINALIDAD

Al hacer clic en el botón “Enviar” (o equivalente) incorporado en nuestros formularios, el usuario declara que la información y los datos que en ellos ha facilitado son exactos y veraces. Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, el Usuario deberá comunicar, a la mayor brevedad posible, las modificaciones de sus datos de carácter personal que se vayan produciendo, así como las rectificaciones de datos erróneos en caso de que detecte alguno. El Usuario garantiza que los datos aportados son verdaderos, exactos, completos y actualizados, siendo responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. En función del formulario y/o correo electrónico al que accedas, o remitas, la información que nos facilites se utilizará para las finalidades descritas a continuación, por lo que aceptas expresamente y de forma libre e inequívoca su tratamiento con acuerdo a las siguientes finalidades:

  1. Las que particularmente se indiquen en cada una de las páginas donde aparezca el formulario de registro electrónico.
  2. Con carácter general, para atender tus solicitudes, consultas, comentarios, encargos o cualquier tipo de petición que sea realizada por el usuario a través de cualquiera de las formas de contacto que ponemos a disposición de nuestros usuarios, seguidores o lectores.
  3. Para informarte sobre consultas, peticiones, actividades, productos, novedades y/o servicios; vía e-mail, fax, Whatsapp, Skype, teléfono proporcionado, comunidades sociales (Redes Sociales), y de igual forma para enviarle comunicaciones comerciales a través de cualesquier otro medio electrónico o físico. Estas comunicaciones, siempre serán relacionadas con nuestros tema, servicios, novedades o promociones, así como aquellas que considerar de su interés y que puedan ofrecer colaboradores, empresas o partners con los que mantengamos acuerdos de promoción comercial. De ser así, garantizamos que estos terceros nunca tendrán acceso a sus datos personales. Siendo en todo caso estas comunicaciones realizadas por parte de este sitio web, y siempre sobre productos y servicios relacionados con nuestro sector.
  4. Elaborar perfiles de mercado con fines publicitarios o estadísticos.
  5. Esa misma información podrá ofrecérsele o remitírsele al hacerse seguidor de los perfiles de este sitio web en las redes sociales que se enlazan, por lo que al hacerte seguidor de cualquiera de los dos consientes expresamente el tratamiento de tus datos personales dentro del entorno de estas redes sociales, en cumplimiento de las presentes, así como de las condiciones particulares y políticas de privacidad de las mismas. Si desean dejar de recibir dicha información o que esos datos sean cancelados, puedes darte de baja como seguidor de nuestros perfiles en estas redes. Además, los seguidores en redes sociales podrán ejercer los derechos que la Ley les confiere, si bien, puesto que dichas plataformas pertenecen a terceros, las respuestas a los ejercicios de derechos por parte de este sitio web quedarán limitadas por las funcionalidades que permita la red social de que se trate, por lo que recomendamos que antes de seguir nuestros perfiles en redes sociales revises las condiciones de uso y políticas de privacidad de las mismas.

BAJA EN SUSCRIPCIÓN A NEWSLETTER Y ENVÍO DE COMUNICACIONES COMERCIALES

En relación a la baja en la suscripción de los emails enviados, le informamos que podrá en cualquier momento revocar el consentimiento prestado para el envío de comunicaciones comerciales, o para causar baja en nuestros servicios de suscripción, tan solo enviando un correo electrónico indicando su solicitud a: belen@belenpicadopsicologia.com indicando: BAJA SUSCRIPCIÓN.

DATOS DE TERCEROS

En el supuesto de que nos facilites datos de carácter personal de terceras personas, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 5.4. LOPD, declaras haber informado a dichas personas con carácter previo, del contenido de los datos facilitados, de la procedencia de los mismos, de la existencia y finalidad del fichero donde se contienen sus datos, de los destinatarios de dicha información, de la posibilidad de ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación u oposición, así como de los datos identificativos de este sitio web. En este sentido, es de su exclusiva responsabilidad informar de tal circunstancia a los terceros cuyos datos nos va a ceder, no asumiendo a este sitio web ninguna responsabilidad por el incumplimiento de este precepto por parte del usuario.

EJERCICIO DE DERECHOS

El titular de los datos podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose a la dirección de email: belen@belenpicadopsicologia.com. Dicha solicitud deberá contener los siguientes datos: nombre y apellidos, domicilio a efecto de notificaciones, fotocopia del DNI I o Pasaporte.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Este sitio web ha adoptado todas las medidas técnicas y de organización necesaria para garantizar la seguridad e integridad de los datos de carácter personal que trate, así como para evitar su pérdida, alteración y/o acceso por parte de terceros no autorizados. No obstante lo anterior, el usuario reconoce y acepta que las medidas de seguridad en Internet no son inexpugnables.

CAMBIOS Y ACTUALIZACIONES DE ESTA POLÍTICA DE PRIVACIDAD

Ocasionalmente esta política de privacidad puede ser actualizada. Si lo hacemos, actualizaremos la “fecha efectiva” presente al principio de esta página de política de privacidad. Si realizamos una actualización de esta política de privacidad que sea menos restrictiva en nuestro uso o que implique un tratamiento diferente de los datos previamente recolectados, te notificaremos previamente a la modificación y te pediremos de nuevo tu consentimiento en la página https://www.belenpicadopsicologia.com o contactando contigo utilizando la dirección de email que nos proporcionaste. Te animamos a que revises periódicamente esta política de privacidad con el fin de estar informado acerca del uso que damos a los datos recopilados. Si continúas utilizando esta página web entendemos que das tu consentimiento a esta política de privacidad y a cualquier actualización de la misma.

 

 
Nuestro sitio web utiliza cookies, principalmente de servicios de terceros. Defina sus preferencias de privacidad y / o acepte nuestro uso de cookies.