Prevenir la muerte por suicidio se ha convertido en objetivo primordial para la Organización Mundial de la Salud. Según este organismo internacional, cada año unos 16 millones de personas intentan suicidarse en todo el mundo y más de 700.000 lo consiguen. Por lo que respecta a España y según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) correspondientes a 2023, el suicidio fue la segunda causa de muerte no natural, con 3.952 fallecimientos. Además, se calcula que por cada una de estas personas hay otras 20 que lo intentan.
Pero, más allá de cifras y datos estadísticos, no deberíamos conformarnos con el papel de meros observadores; todos podemos aportar nuestro granito de arena para dar visibilidad a un tema que ha sido invisibilizado durante mucho tiempo. Aunque sea solo hablando de ello, ya estaremos contribuyendo a que deje de ser tabú.
Por lo general, las personas que piensan en «quitarse de en medio» no lo hacen porque quieran morir, sino porque no ven otra salida a sus problemas. O porque ya no soportan el peso del dolor (físico y/o emocional), la desesperanza y la soledad. Sin embargo, en muchos casos es posible prevenir el suicidio y vencer la ideación suicida si se encuentra el modo de disminuir ese sufrimiento y/o se aumentan los recursos para hacerle frente.
Estar atentos a las señales de alerta es esencial para prevenir el suicidio
Hay diversas señales que pueden indicarnos que una persona está pensando en quitarse la vida:
- Verbaliza directamente la idea de suicidarse con comentarios como «la vida no merece la pena», «para vivir así, es mejor estar muerto», «Solo quiero morirme». Igualmente conviene prestar atención a comentarios más sutiles como «pronto dejaré de ser una carga».
- Amenaza o anuncia que va a quitarse la vida. No hay que pasar esto por alto, pues podría ser una petición indirecta de ayuda. Muchas investigaciones sugieren que de cada diez personas que se suicidan, nueva verbalizaron claramente sus propósitos y la otra dejó entrever su intención.
- Habla o piensa siempre en la muerte.
- Hace comentarios acerca de sentirse desesperanzado, desamparado o despreciable y no encuentra una salida a la situación que le angustia.
- Ha caído en una depresión que empeora con el paso de las semanas. Dos tercios de las personas que se suicidan sufrían depresión en el momento de tomar tan drástica determinación.
- Muestra un cambio de estado de ánimo repentino e inesperado, como pasar de estar muy triste a estar muy calmado o parecer estar feliz.
- Tienta al destino tomando riesgos que podrían llevar a la muerte.
- Pierde el interés por personas, aficiones o cosas que solían importarle. Por ejemplo, puede dejar de ir a clase, de salir los fines de semana o de llamar a personas cercanas.
- Regala objetos personales o de gran valor emocional.
- Visita o llama a personas para despedirse.
- Pone fin a ciertos asuntos, ata cabos sueltos, cambia el testamento, etc.
- Se preocupa por buscar información sobre los medios para suicidarse y cómo hacerlo (por ejemplo, en internet).
¿Cómo puedo ayudar a una persona que está planteándose quitarse la vida?
El hecho de que identifiquemos alguna las actitudes que he enumerado antes no supone siempre una señal de alarma, pero igualmente conviene prestar un poco más de atención. Y en caso de sospechar que alguien está planteándose seriamente esa posibilidad hay varias cosas que podemos hacer para prevenir el suicidio:
- Invitarle a hablar del tema. No tengas miedo a preguntar, pues, al contrario de lo que muchos creen, hablar del suicidio no induce a cometerlo. Es más, puede reducir la ansiedad y ayudar a la persona a sentirse más comprendida.
- Escucharle sin juzgar. Olvídate de sermones, acepta sus sentimientos y evita frases como «Te entiendo», «Anímate» o «Hay gente que lo está pasando peor».
- No dejarle solo demasiado tiempo y dificultar en lo posible el acceso a los medios para quitarse la vida.
- Valorar el riesgo. Si crees que la probabilidad de suicidio es alta, busca ayuda profesional enseguida.
¿Has pensado o estás pensando en el suicidio como salida a tus problemas?
Si has considerado terminar con tu vida, seguro que sientes un dolor tan profundo que no te ves capaz de soportarlo durante más tiempo y crees que la muerte es la única salida. Cuando estamos experimentando mucho sufrimiento lo normal es buscar una solución que acabe con ese malestar y, sobre todo, que nos permita disfrutar de la mejoría. Sin embargo, si ya no estás aquí cuando acaba el malestar, tampoco podrás notar el alivio.
Es cierto que no hay remedios milagrosos ni mágicos. Pero, aunque ahora no las veas, sí hay otras opciones. Por ello, antes de tomar una decisión que no tiene marcha atrás te propongo algunas alternativas:
- Habla con alguien de confianza y cuéntale lo que te ocurre. Sentirte escuchado aliviará tu dolor, al menos en parte.
- Intenta permanecer acompañado hasta que la idea de suicidarte se aleje.
- No te precipites y retrasa en lo posible cualquier decisión respecto al suicidio porque tu situación puede cambiar en cualquier momento. Aunque ahora no te lo parezca, el vacío y la desesperanza son estados temporales, a diferencia de la muerte que es permanente.
- Deshazte de aquellos objetos que puedan resultar peligrosos para ti. Por ejemplo, si estás tomando medicamentos, quédate con los necesarios para unos días y que una persona de confianza guarde el resto.
- Si no es la primera vez que te ocurre, elabora un “plan de seguridad” en el que especificarás, entre otros datos: los nombres y teléfonos de varias personas de confianza a quien acudir y las señales de alerta que te indican que podría aparecer la ideación suicida. En esta guía, publicada por la Comunidad de Madrid, encontrarás una explicación detallada sobre cómo hacerlo.
- Ponte en contacto lo antes posible con un profesional. Te ayudará a encontrar la salida a esa situación que te ha llevado a la desesperación y para la que ahora no encuentras salida.
- Evita el consumo de alcohol, drogas o sustancias que puedan afectar al control de los impulsos.
Y, sobre todo, recuerda que la mayoría de las personas que han contemplado alguna vez el suicidio luego se alegran de estar vivas. Porque, en realidad no querían poner fin a su vida, solo deseaban escapar del dolor.
Si te interesa
El teléfono de la Esperanza (717 00 37 17) funciona las 24 horas del día, siete días a la semana.
Fundación ANAR (Ayuda a Niños y Adolescentes en Riesgo). Tienen también un teléfono (900 20 20 10) que está disponible todos los días del año.
Línea 024. Línea de Atención a la Conducta Suicida. Se trata de un servicio puesto en marcha por el Ministerio de Sanidad. Es gratuito, confidencial y disponible las 24 horas del día, los 365 días del año.