Síndrome del impostor

Marilyn Monroe: Secuelas de una infancia traumática (más allá de la película "Blonde")

Marilyn Monroe: Secuelas de una infancia traumática (más allá de «Blonde»)

Marilyn Monroe: Secuelas de una infancia traumática (más allá de «Blonde») 2000 1600 BELÉN PICADO

Marilyn Monroe vuelve a estar de actualidad (en realidad nunca ha dejado de estarlo) gracias a (o a pesar de) la película Blonde dirigida por Andrew Dominik. Desde su estreno en Netflix, esta producción no ha dejado indiferente a nadie. Por supuesto, mi intención con este artículo no es hacer una crítica desde el punto de vista técnico y cinematográfico. Pero, desde una perspectiva psicológica y dejando a un lado la impecable interpretación de Ana de Armas, pienso que se hace un retrato crudo, sórdido e insensible de la protagonista de películas como Los caballeros las prefieren rubias o Con faldas y a lo loco. Además, no solo se muestra falta de empatía y compasión hacia la Marilyn, sino también hacia quienes han sufrido este tipo de traumas. Eso, sin contar con el riesgo de retraumatización que supone para estas personas exponerse a algunas de las escenas.

Es verdad que la actriz fue víctima de abusos sexuales en su infancia, que pasó por el orfanato y numerosas casas de acogida, que tuvo relaciones tóxicas o que sufría una adicción al alcohol y los psicofármacos. Todo esto es cierto y ella misma habló de ello en varias ocasiones. También tengo claro que la película Blonde no es una biografía, sino la adaptación del libro de Joyce Carol Oates que, a su vez, ofrece una versión novelada de la vida de Marilyn Monroe. Sin embargo, igualmente importante es reflexionar sobre la responsabilidad que implica decidir cómo se reflejan este tipo de experiencias, se correspondan o no con lo sucedido en la realidad.

El daño mental y emocional que pueden derivarse de años de maltrato y todo tipo de abusos no es, ni mucho menos, un asunto para tomarlo a la ligera o banalizarlo. Hay una gran diferencia entre concienciación y sensacionalismo. Sí, es necesario hablar sobre estos temas, pero esa necesidad no puede convertirse en una justificación del «todo vale» para conseguir más espectadores.

No estamos hablando de un personaje de ficción, sino de una persona real cuyo sufrimiento también fue real. Mi intención con este artículo es conocer un poco más al ser humano que se escondía tras la estrella. Y, sobre todo, reflexionar sobre los devastadores efectos que la negligencia, el abandono y el abuso sexual en la infancia tienen en la edad adulta.

Cartel de la película Blonde

Una infancia marcada por los abusos

En primer lugar, y para comprender el sufrimiento y la inestabilidad de Marilyn Monroe, es necesario conocer la infancia y adolescencia de Norma Jeane Mortenson, su verdadero nombre. Al fin y al cabo, el modo en que nos enfrentamos al mundo de los adultos depende en gran parte de la calidad de nuestras vivencias en la niñez.

Desde que nacemos, nuestras experiencias se acumulan en la memoria y se integran con nuestra forma de sentir y de pensar. Así, poco a poco, va conformándose nuestra personalidad. En esta capacidad de integrar lo que vivimos, pensamos y sentimos juega un papel esencial la relación que establecemos con nuestras figuras de apego. Si hemos tenido unos cuidadores disponibles y atentos a nuestras necesidades, desarrollaremos un apego seguro y una representación de nosotros mismos como personas válidas. Sin embargo, a veces esas figuras son imprevisibles, negligentes o abusadoras o, directamente, están ausentes. Y todo esto confluyó en el caso de Norma Jeane:

  • No llega a conocer a su padre. Este abandonó a su madre, Gladys, al saber que estaba embarazada.
  • Al poco de nacer, su madre la entrega a un matrimonio con quien pasa sus primeros siete años de vida.
  • A los 8 años, vuelve con su madre, pero por poco tiempo, ya que esta tiene una crisis y es internada en un sanatorio psiquiátrico donde le diagnostican esquizofrenia paranoide. Aunque no hay pruebas de que la maltratase o intentara ahogarla en la bañera, como se muestra en la película Blonde, la inestabilidad de la mujer hizo que Norma viviera en un ambiente negligente, falto del afecto y sin el apoyo que necesita una niña para su desarrollo.
  • De ahí, Norma pasaría a vivir en varios orfanatos y casas de acogida, donde la negligencia continuó en forma de todo tipo de abusos, tanto físicos y psicológicos como sexuales. En ese tiempo el cine fue su refugio. «Algunas de mis familias de acogida me enviaban al cine para sacarme de casa y allí me sentaba todo el día y hasta la noche», contaba en una entrevista para la revista Life en 1962.

La propia actriz se expresa así en una de las grabaciones que forman parte del documental El misterio de Marilyn Monroe. Las cintas inéditas (Netflix): «No me considero huérfana, fui una niña abandonada. Nunca llegué a ser feliz. No era algo con lo que pudiera contar. Cuando me llevaron al orfanato me dejaron allí y no paraba de gritar ‘¡No soy huérfana!’. Me fijaba en todas las mujeres que veía y decía: ‘Es una mamá’. Y si veía a un hombre decía: ‘Es un papá».

Marilyn, la seducción, el sexo y el miedo al abandono

«A veces sentía que estaba enganchada al sexo; como un alcohólico lo está al licor o un drogadicto a la droga», confesó Marilyn al periodista británico William J. Weatherby en una entrevista. Y es que el haber sido víctima de abusos sexuales en la infancia influye mucho en el modo en el que se afronta el sexo en la edad adulta. El sexo se convierte en una herramienta para encontrar amor y aceptación. Sin embargo, paradójicamente, ni la necesidad de seducir ni la adicción al sexo tienen que ver con el sexo, sino con la necesidad de intimidad.

La persona que ha sufrido abusos sexuales en una etapa temprana de su vida crece hambrienta de afecto y cariño y llega a equiparar erróneamente amor y sexo. En esa confusión, el sexo acaba convirtiéndose en muchas ocasiones en un medio para satisfacer no solo la necesidad de amor, sino también para ahuyentar la soledad, el miedo, la ansiedad o la vergüenza. También para ‘desconectar’ de un profundo dolor emocional.

Cuando crecemos en un ambiente seguro y con cuidadores confiables interiorizamos esa sensación de seguridad y autonomía, de modo que podremos recurrir a ella y evocarla mentalmente en momentos de sufrimiento. Sin embargo, en un ambiente de abusos estas representaciones internas no van a poder formarse y el niño o la niña se hará dependiente de la valoración y el consuelo que sea capaz de encontrar en fuentes externas. Se inicia así una permanente y desesperada búsqueda de amor que en la edad adulta suele llevar a involucrarse en relaciones afectivas tóxicas, abusivas y tormentosas.

Dice la psiquiatra e investigadora Judith Herman en su libro Trauma y recuperación: «El motor de las relaciones íntimas de la superviviente es su ansia de encontrar protección y cuidados y su mayor temor es ser abandonada o explotada. En su necesidad de ser rescatada puede toparse con poderosas figuras autoritarias que parecen ofrecer la promesa de una relación especial basada en los cuidados. Idealizando a la persona de la que se encariña, mantiene a raya el temor constante a ser dominada o traicionada. Sin embargo, resulta inevitable que la superviviente tenga grandes dificultades para protegerse en el contexto de las relaciones íntimas. Su desesperada ansia de protección y de cuidados hace que le resulte difícil marcar límites seguros y apropiados con los demás».

En el caso de Marilyn, toda su vida fue una búsqueda incansable de esa figura protectora que no tuvo en su infancia, a la vez que se sentía presa de una angustia constante ante el temor de que esa figura la abandonase. Buscaba en los hombres amor, contacto físico y afecto, pero también calmar la abrumadora sensación de soledad que siempre la acompañó.

Los traumas vividos en su infancia y adolescencia marcaron la vida de Marilyn Monroe.

Anestesiar el dolor a través del alcohol y los psicofármacos

Son numerosos los estudios que avalan la relación entre los abusos sexuales en la infancia y los comportamientos adictivos en la edad adulta.

Cuando una persona ha vivido una infancia marcada por los abusos, el abandono, la negligencia o los malos tratos existen muchas probabilidades de que caiga en alguna adicción en un intento desesperado de anestesiar el dolor, escapar del vacío y vencer la sensación de inseguridad. Si, además, se han producido abusos sexuales como es el caso de Marilyn Monroe, es muy posible que surjan emociones de culpa y vergüenza y se mantengan en la edad adulta. Estos sentimientos de menosprecio hacia uno mismo, unidos a la creencia irracional de merecerlo, puede llevar a la persona a abusar del alcohol o de otro tipo de sustancias como una forma de autocastigo.

La misión de las figuras de apego o de los cuidadores es proporcionar al niño una base segura. Una base desde la que explorar el mundo y que le sirva de refugio en caso de peligro. Cuando esto no es así, como le ocurrió a Marilyn, el niño tiene que desarrollar estrategias alternativas de regulación emocional. Ella recurrió a sustitutos, como el alcohol, el sexo o los psicofármacos, con la esperanza de que llenasen un vacío que no dejaba de crecer y le aportasen la calma que no pudo encontrar en quienes deberían habérsela proporcionado. Sin embargo, pasados los efectos, la realidad volvía a ponerla frente a su soledad y a su dolor, justo lo que quería evitar a toda costa.

(En este mismo blog tienes un artículo sobre alcoholismo y apego inseguro)

Disociación: Norma Jeane frente a Marilyn

A lo largo de la vida, a veces hay experiencias tan traumáticas o abrumadoras emocionalmente que se produce una desconexión entre la mente de la persona y la realidad que está viviendo. Este fenómeno psicológico se conoce como disociación y supone una verdadera estrategia de supervivencia, especialmente cuando el trauma se produce en los primeros años de vida. En el caso de la actriz, vivir una infancia y una juventud marcadas por las experiencias traumáticas la llevó a ser una ‘experta’ en desconectar de su cuerpo, de sus emociones y de su entorno.

Quizás, una de las principales muestras de la disociación en Norma Jeane, en su intento de distanciarse de tanto dolor, fue la creación de Marilyn Monroe. Aunque, en cierto modo, Marilyn la ayudaba a enfrentarse al mundo que la rodeaba, en ocasiones Norma sentía rechazo por aquella rubia sexy que la miraba al otro lado del espejo, incluso llego a soñar con una vida lejos de los focos. Sin embargo, Marilyn necesitaba que la mirasen y la admirasen. La estrella quería atención y deseaba causar sensación, pero la niña que Norma Jeane llevaba dentro solo ansiaba validación, afecto y estabilidad. La propia actriz reconocía que había dos personalidades distintas conviviendo en su interior, incluso en algunas de sus declaraciones habla de Marilyn en tercera persona (esto también se refleja en la película Blonde).

En el documental Love, Marilyn, varios actores y actrices ponen voz a escritos y grabaciones de Marilyn Monroe. En uno de estos fragmentos, se escucha una de las declaraciones de la actriz: «Tengo la sensación de que todo le está pasando a otra persona a mi lado. Estoy cerca, lo noto, lo oigo, pero no soy yo en realidad».

Truman Capote también fue testigo de su desconexión con la realidad. Un día en que ambos estaban en un restaurante y ella fue al aseo, el escritor y amigo de Marilyn relata: «Cuando pasaron veinte minutos, decidí investigar. Quizá se había metido una dosis mortal [de tranquilizantes], o a lo mejor se había cortado las muñecas. Encontré el lavabo de señoras, y llamé a la puerta. Ella dijo: ‘Pasa’. Estaba frente a un espejo mal iluminado. Pregunté: ‘¿Qué estás haciendo?’. Ella contestó: ‘Mirándola».

A veces, Marilyn Monroe sentía que el precio de la fama era demasiado alto.

Norma Jeane a través de sus palabras

Qué mejor modo de conocer a la actriz que a través de sus propias declaraciones y de algunos de sus poemas.

Necesidad de pertenencia

«Sabía que pertenecía al público y al mundo, no porque tuviera talento o fuera hermosa, sino porque nunca fui parte de algo anteriormente. El público era la única familia, el único príncipe azul y el único hogar con el que alguna vez pude soñar». (My Story. Memorias de Marilyn Monroe)

Felicidad

«Durante años pensé que tener padre y estar casada significaba felicidad. Pero me he casado tres veces y aún no he encontrado la felicidad permanente. Hay que aprovechar al máximo el momento». (Marilyn Monroe: The Last Interview: and Other Conversations)

Síndrome de la impostora

«Hubo momentos en Vidas Rebeldes, en las escenas emocionales, en los que tenía la sensación de que iba a fracasar por mucho que me esforzara y no quería ir a rodar por la mañana. Lamentaba no ser una camarera o una señora de la limpieza y estar libre de las grandes exigencias de la gente. A veces sería un gran alivio dejar de ser famosa». (Conversaciones con Marilyn)

Timidez

«La lucha contra la timidez está en los actores más de lo que uno se pueda imaginar. Es una verdadera lucha. Soy una de las personas más tímidas del mundo. Y realmente tengo que esforzarme». (Last Talk With a Lonely Girl: Marilyn Monroe)

El (alto) precio de la fama

«Cuando eres famoso te topas con la verdadera naturaleza humana de la manera más cruda. La fama despierta la envidia. La gente cree que tu fama les da algún tipo de privilegio para acercarse a ti y decirte cualquier cosa, sea lo que sea». (Last Talk With a Lonely Girl: Marilyn Monroe)

«Es bonito formar parte de las fantasías de la gente, pero también lo es que te acepten por ti misma. Yo no me veo como una mercancía, pero estoy segura de que mucha gente sí me ha visto así. A veces me invitan a sitios para alegrar una mesa, como un músico que toca el piano después de cenar. No te invitan realmente por ti. Solo eres un adorno». (Last Talk With a Lonely Girl: Marilyn Monroe)

«Cuando eres famosa se exageran todas tus debilidades». (Last Talk With a Lonely Girl: Marilyn Monroe)

Algunos poemas (recopilados en el libro Fragmentos)

Miedo

Tengo tanto miedo a que no me quieran

que cuando me quieren

solo soy capaz de pensar

en el instante

cercano o lejano

en que dejarán de quererme.

Sola

Sola. Estoy sola.

Siempre he estado sola,

pero hoy

ni siquiera me tengo a mí misma

para hacerme compañía.

Tal como soy

Soy hermosa por fuera,

pero horrible por dentro.

Por eso me avergüenza

mirarme en el espejo

y en los ojos de los demás.

Temo que me vean

desnuda

toda mocos y llanto.

Tal como soy.

Referencias

Banner, L. (2012). Marilyn: The passion and the paradox. New York: Bloomsbury Publishing.

Cooper, E. (Director) (2022). El misterio de Marilyn Monroe: las cintas inéditas [Documental]. Netflix

Dominik, A (Director) (2022). Blonde [Película]. Plan B Entertainment

Doyle, S. (2020). Marilyn Monroe: The Last Interview: and Other Conversations. New York: Melville House

Garbus, L. (Director) (2012). Love, Marilyn. [Documental]. Diamond Girl Productions

Hecht, B. (2011). My Story. Memorias de Marilyn Monroe. Barcelona: Global Rhythm Press

Herman, J. (2004). Trauma y recuperación: Cómo superar las consecuencias de la violencia. Madrid: Espasa

Meryman, R. (1962). Life Magazine. A Last Talk With a Lonely Girl.

Monroe, M. (2010). Marilyn Monroe: Fragmentos. Barcelona: Seix Barral.

Newson, T. (Director) (1996). We remember Marilyn [Documental]. Multicom Entertainment Group y Passport International Entertainment

Weatherby, W.J. (1978). Conversaciones con Marilyn. Barcelona: Editorial Gedisa

 

El personaje principal de "Valeria" sufre el síndrome del impostor.

«Soy un fraude» o el síndrome del impostor (y cómo superarlo)

«Soy un fraude» o el síndrome del impostor (y cómo superarlo) 768 513 BELÉN PICADO

Valeria es el título de una serie de Netflix y que relata el día a día de una escritora treintañera. Ya en el primer capítulo, la protagonista descubre que su falta de inspiración podría estar relacionada con el síndrome del impostor. “Personas que viven atormentadas de descubrir en cualquier momento que no son tan inteligentes como parece”, lee Valeria (Diana Gómez) en internet mientras busca como recuperar el favor de las musas. Elisabeth Benavent, autora de los libros en los que se basa la serie, declaró en una entrevista que ella empezó a sufrirlo cuando sus libros comenzaron a venderse: “Pensaba: ‘Esto no puede ser, en realidad no me lo merezco; esto solo es una moda’. Soy un poco angustiosa y convivo con el síndrome del impostor todos los días. Comprendo muy bien a Valeria”.

De Victoria Abril a Michelle Obama

Os sorprendería saber cuántas personas sufren o han sufrido el síndrome del impostor. Según algunos estudios, siete de cada diez han pasado por ello alguna vez en su vida. Victoria Abril, una de nuestras actrices más internacionales, describe muy bien en qué consiste en una entrevista que le hicieron en 2017: “Hasta los 30 yo tenía el síndrome del impostor. Me levantaba pensando, ‘Dios mío, el día que España se despierte y se dé cuenta de que no soy ni guapa, ni alta, ni actriz, que no he estudiado, que lo único que hago es sobrevivir y avanzar como puedo…’. Vivía un poco angustiada en ese sentido”. Más recientemente, Penélope Cruz confesó en el programa de televisión El Hormiguero: «El primer día de los rodajes te juro que siempre creo que me van a echar».

Resulta curioso que personas admiradas y que son la personificación del éxito, tengan estos pensamientos, ¿verdad?. La mismísima Michelle Obama, ex Primera Dama de Estados Unidos y una abogada de gran prestigio, ha admitido sufrirlo. Y no solo ella. También empresarias de éxito, científicas, escritoras o actrices tan conocidas como Kate Winslet, Natalie Portman y Meryl Streep. Suele afectar en mayor medida a las mujeres, aunque algunos hombres también han pasado por ello. Es el caso del pianista británico James Rhodes o el primer hombre que pisó la Luna, Neil Armstrong.

Perfeccionismo y autoexigencia en exceso

Todos podemos experimentar inseguridad ante ciertos retos o en determinadas situaciones de nuestra vida, sobre todo si son nuevas. La diferencia está en que en el síndrome del impostor esa inseguridad es intensa y permanente y general un considerable malestar emocional.

Quienes lo sufren sienten que son un fraude, que no son lo suficientemente buenos. Creen que no merecen sus logros, que lo que han conseguido ha sido por un golpe de suerte y que la gente puede darse cuenta en cualquier momento. Por lo general, viven este problema en silencio, muchas veces por temor a las burlas o a que les acusen de ‘pecar de falsa modestia’. Sin embargo, esto no es así. Estas personas se sienten verdaderamente incómodas cuando reciben el reconocimiento y la valoración de otros porque son incapaces de internalizar sus éxitos.

Otras características que suelen compartir son el perfeccionismo, la autoexigencia, la autocrítica y el miedo al fracaso. La persona llega a invertir más horas de las necesarias en prepararse para algo que ya domina o puede dar respuestas vagas y evasivas por temor a no ser capaz de hacerlo perfecto. Este exceso de autoexigencia puede desembocar en estrés, ansiedad, trastornos del sueño o depresión, entre otros problemas.

Por otra parte, conviene saber que intentar ayudar a alguien con este problema insistiendo en reconocer sus méritos o diciéndole todo lo que hace bien y lo que ha conseguido puede generarle más angustia y aumentar su sensación de ser un fraude. Esto es así porque su problema no tiene tanto que ver con la validación externa, que habitualmente sí tienen (lo que pasa es que no acaban de creérsela), como con la falta de reconocimiento interno. Esta falta es tan acusada que la persona no puede ver con objetividad sus propios logros. Por ello, parte de la solución está en que sean ellos mismos quienes aprendan a verse objetivamente, con sus virtudes y limitaciones.

El síndrome del impostor afecta más a las mujeres.

‘Impostores’ en todos los ámbitos de la vida

Generalmente, afecta a profesionales que se mueven en áreas donde hay mucha competencia (laborales o académicas). La psicóloga Pauline Clance, que fue la primera en utilizar el término «síndrome del impostor» en 1978, cuenta que ella misma lo sufrió en la escuela. Con el tiempo se hizo profesora y vio que a muchos de sus alumnos también les ocurría.

En el terreno laboral, quienes tienen este patrón de comportamiento pueden ver muy limitadas sus posibilidades. Por ejemplo, es posible que no presenten su candidatura a un empleo para el que están plenamente capacitados o que no soliciten un ascenso por considerar que «no lo merecen».

Pero el síndrome del impostor también se produce en otros ámbitos, como el familiar, el social o el afectivo. En este último caso, la persona no comprende que pueda ser amada o deseada y vive atormentada por la posibilidad de que la abandonen en cualquier momento. Y esto puede llevar en ocasiones a evitar el compromiso o a implicarse de manera superficial, dando por hecho que, antes o después, su pareja la conocerá realmente y la dejará.

El alto precio de presionar a los niños por ser los mejores

Las dinámicas familiares que se establecen en la infancia tienen mucho que ver en la aparición del síndrome del impostor. En algunas familias, directa o indirectamente, se cataloga a los hijos como el torpe, el inteligente, el gracioso… Y esto influye en el modo en que el niño construye su autoconcepto, es decir, en cómo se ve a sí mismo. Esas etiquetas a menudo le acompañan hasta la edad adulta y luego es muy difícil desprenderse de ellas.

En otras ocasiones, hay una falta de refuerzo afectivo por parte de las figuras de apego que, además, presionan en exceso al niño para que sea el mejor en los estudios, el deporte, etc.  En esas familias son habituales frases del tipo «Tú puedes hacerlo mejor», «Un notable no es suficiente», «Tienes que esforzarte más»… El niño siente que nunca será lo suficientemente bueno para sus padres y, sin darse cuenta, irá haciendo suyas esas frases, convirtiéndolas en la voz de su juez interior. Estas ideas que nos tragamos sin digerir son los introyectos y juegan un papel muy importante en el desarrollo del síndrome del impostor. Poco a poco, vamos interiorizando la exigencia de los demás hasta que ese nivel de perfeccionismo deja de ser marcado desde el exterior y somos nosotros mismos quienes nos lo exigimos.

(En este blog puedes leer el artículo «El poder de la introyección o por qué adoptamos creencias ajenas sin cuestionarlas»)

El síndrome del impostor también puede aparecer en la edad adulta como consecuencia de la parentalización. Cuando el niño se convierte en el cuidador y apoyo principal de sus figuras de apego, carga sobre sus hombros una responsabilidad imposible de asumir. Sin embargo, no atribuye esta dificultad a que es un niño y a que no puede cumplir las funciones de un adulto. Al contrario, siente que ha fallado a sus padres y que nunca será lo suficientemente bueno. Y en su subconsciente, la falta de apoyo y de refugio por parte de aquellos así se lo confirma. Ya de adulto, habrá interiorizado esa inseguridad y no importará el éxito que alcance y cuánto le feliciten. Siempre tendrá la sensación de no ser tan bueno, tan inteligente o tan válido y de no merecer lo bueno que le pase.

La presión excesiva puede provocar consecuencias muy negativas.

Cómo superar el síndrome del impostor

  • Cuando tengas pensamientos o sentimientos que te lleven a creer que eres un impostor o una impostora, escríbelos. Una vez que los hayas anotado, somételos a una evaluación realista. ¿Qué pruebas objetivas avalan dichos pensamientos?
  • Haz una lista con los logros que vas consiguiendo y revísala cuando el perfeccionismo o los pensamientos ‘impostores’ asomen en el horizonte.
  • Repasa tus fortalezas y tus debilidades. Aceptarse y asumir que no somos perfectos es un reto tan difícil como necesario.
  • Descubre la gama de grises porque no todo en la vida es blanco o negro. Unas veces merecerás que reconozcan tus logros y otras te tocará corregir lo que no has hecho bien. No eres perfecto, pero el resto del mundo tampoco lo somos.
  • Sincérate con alguien cercano en cuya opinión confíes y cuéntale qué te ocurre. Mantener un diálogo abierto sobre lo que te angustia te ayudará a relativizar. También te vendrá bien abrirte con alguien a quien respetes o admires a nivel académico o profesional. Enseguida te darás cuenta del gran número de ‘impostores’ que hay por ahí, incluso quienes menos te lo esperas.
  • Sé amable contigo mismo. Repito: Nadie es perfecto. Así que perdónate cuando cometas errores y felicítate cuando obtengas algún logro.
  • Agradece los halagos y punto. La próxima vez que alguien te felicite o te haga un cumplido, no te justifiques ni pongas una excusa. Simplemente, sonríe y da las gracias.
  • Comparte tu experiencia. Ayuda a otras personas con menos formación o experiencia y verás cuánto puedes aportar.

Y un último apunte: Recuerda que el verdadero impostor nunca sentirá ni admitirá que es un impostor.

Puede interesarte

Lectura

Fugas o la ansiedad de estar vivo. El pianista británico James Rhodes habla en este libro sobre el síndrome del impostor. Confiesa que cada vez que se sube a un escenario, sobre todo en el inicio de sus giras, anticipa que el público va a darse cuenta de sus fallos y va a ver que no tiene suficiente talento para estar ahí.

El síndrome de la impostora. Elisabeth Cadoche y Anne de Montarlot tratan de responder a la pregunta ¿Por qué las mujeres siguen sin creer en ellas mismas?. Para ello, aportan estudios científicos en los que se ha analizado esa falta de confianza e incluyen testimonios de mujeres que la han sufrido, a pesar de ser exitosas en sus profesiones.

«He estado en las mesas y comités más poderosos que podáis imaginar. También en ONGs, fundaciones, multinacionales y cumbres del G-20. Tengo un asiento en la ONU. Os aseguro que nadie es tan brillante como aparenta.» (Michelle Obama)

POLÍTICA DE PRIVACIDAD

De conformidad con lo dispuesto en el Reglamento General (UE) Sobre Protección de Datos, mediante la aceptación de la presente Política de Privacidad prestas tu consentimiento informado, expreso, libre e inequívoco para que los datos personales que proporciones a través de la página web https://www.belenpicadopsicologia.com (en adelante SITIO WEB) sean incluidos en un fichero de “USUARIOS WEB Y SUSCRIPTORES” así como “CLIENTES Y/O PROVEEDORES”

Belén Picado García como titular y gestora del sitio web que visitas, expone en este apartado la Política de Privacidad en el uso, y sobre la información de carácter personal que el usuario puede facilitar cuando visite o navegue por esta página web.

En el tratamiento de datos de carácter personal, Belén Picado Psicología garantiza el cumplimiento del nuevo Reglamento General de Protección de Datos de la Unión Europea (RGPD). Por lo que informa a todos los usuarios, que los datos remitidos o suministrados a través de la presente serán debidamente tratados, garantizando los términos del RGPD. La responsable del tratamiento de los datos es Belén Picado García.

Belén Picado García se reserva el derecho de modificar la presente Política de Protección de Datos en cualquier momento, con el fin de adaptarla a novedades legislativas o cambios en sus actividades, siendo vigente la que en cada momento se encuentre publicada en esta web.

¿QUÉ SON LOS DATOS PERSONALES?

Una pequeña aproximación es importante, por ello, debes saber que sería cualquier información relativa a una persona que facilita cuando visita este sitio web, en este caso nombre, teléfono y email, y si adquiere algún producto necesitando factura, solicitaremos domicilio completo, nombre, apellidos y DNI o CIF.

Adicionalmente, cuando visitas nuestro sitio web, determinada información se almacena automáticamente por motivos técnicos como la dirección IP asignada por tu proveedor de acceso a Internet.

CALIDAD Y FINALIDAD

Al hacer clic en el botón “Enviar” (o equivalente) incorporado en nuestros formularios, el usuario declara que la información y los datos que en ellos ha facilitado son exactos y veraces. Para que la información facilitada esté siempre actualizada y no contenga errores, el Usuario deberá comunicar, a la mayor brevedad posible, las modificaciones de sus datos de carácter personal que se vayan produciendo, así como las rectificaciones de datos erróneos en caso de que detecte alguno. El Usuario garantiza que los datos aportados son verdaderos, exactos, completos y actualizados, siendo responsable de cualquier daño o perjuicio, directo o indirecto, que pudiera ocasionarse como consecuencia del incumplimiento de tal obligación. En función del formulario y/o correo electrónico al que accedas, o remitas, la información que nos facilites se utilizará para las finalidades descritas a continuación, por lo que aceptas expresamente y de forma libre e inequívoca su tratamiento con acuerdo a las siguientes finalidades:

  1. Las que particularmente se indiquen en cada una de las páginas donde aparezca el formulario de registro electrónico.
  2. Con carácter general, para atender tus solicitudes, consultas, comentarios, encargos o cualquier tipo de petición que sea realizada por el usuario a través de cualquiera de las formas de contacto que ponemos a disposición de nuestros usuarios, seguidores o lectores.
  3. Para informarte sobre consultas, peticiones, actividades, productos, novedades y/o servicios; vía e-mail, fax, Whatsapp, Skype, teléfono proporcionado, comunidades sociales (Redes Sociales), y de igual forma para enviarle comunicaciones comerciales a través de cualesquier otro medio electrónico o físico. Estas comunicaciones, siempre serán relacionadas con nuestros tema, servicios, novedades o promociones, así como aquellas que considerar de su interés y que puedan ofrecer colaboradores, empresas o partners con los que mantengamos acuerdos de promoción comercial. De ser así, garantizamos que estos terceros nunca tendrán acceso a sus datos personales. Siendo en todo caso estas comunicaciones realizadas por parte de este sitio web, y siempre sobre productos y servicios relacionados con nuestro sector.
  4. Elaborar perfiles de mercado con fines publicitarios o estadísticos.
  5. Esa misma información podrá ofrecérsele o remitírsele al hacerse seguidor de los perfiles de este sitio web en las redes sociales que se enlazan, por lo que al hacerte seguidor de cualquiera de los dos consientes expresamente el tratamiento de tus datos personales dentro del entorno de estas redes sociales, en cumplimiento de las presentes, así como de las condiciones particulares y políticas de privacidad de las mismas. Si desean dejar de recibir dicha información o que esos datos sean cancelados, puedes darte de baja como seguidor de nuestros perfiles en estas redes. Además, los seguidores en redes sociales podrán ejercer los derechos que la Ley les confiere, si bien, puesto que dichas plataformas pertenecen a terceros, las respuestas a los ejercicios de derechos por parte de este sitio web quedarán limitadas por las funcionalidades que permita la red social de que se trate, por lo que recomendamos que antes de seguir nuestros perfiles en redes sociales revises las condiciones de uso y políticas de privacidad de las mismas.

BAJA EN SUSCRIPCIÓN A NEWSLETTER Y ENVÍO DE COMUNICACIONES COMERCIALES

En relación a la baja en la suscripción de los emails enviados, le informamos que podrá en cualquier momento revocar el consentimiento prestado para el envío de comunicaciones comerciales, o para causar baja en nuestros servicios de suscripción, tan solo enviando un correo electrónico indicando su solicitud a: belen@belenpicadopsicologia.com indicando: BAJA SUSCRIPCIÓN.

DATOS DE TERCEROS

En el supuesto de que nos facilites datos de carácter personal de terceras personas, en cumplimiento de lo dispuesto en el artículo 5.4. LOPD, declaras haber informado a dichas personas con carácter previo, del contenido de los datos facilitados, de la procedencia de los mismos, de la existencia y finalidad del fichero donde se contienen sus datos, de los destinatarios de dicha información, de la posibilidad de ejercitar los derechos de acceso, rectificación, cancelación u oposición, así como de los datos identificativos de este sitio web. En este sentido, es de su exclusiva responsabilidad informar de tal circunstancia a los terceros cuyos datos nos va a ceder, no asumiendo a este sitio web ninguna responsabilidad por el incumplimiento de este precepto por parte del usuario.

EJERCICIO DE DERECHOS

El titular de los datos podrá ejercer sus derechos de acceso, rectificación, cancelación y oposición dirigiéndose a la dirección de email: belen@belenpicadopsicologia.com. Dicha solicitud deberá contener los siguientes datos: nombre y apellidos, domicilio a efecto de notificaciones, fotocopia del DNI I o Pasaporte.

MEDIDAS DE SEGURIDAD

Este sitio web ha adoptado todas las medidas técnicas y de organización necesaria para garantizar la seguridad e integridad de los datos de carácter personal que trate, así como para evitar su pérdida, alteración y/o acceso por parte de terceros no autorizados. No obstante lo anterior, el usuario reconoce y acepta que las medidas de seguridad en Internet no son inexpugnables.

CAMBIOS Y ACTUALIZACIONES DE ESTA POLÍTICA DE PRIVACIDAD

Ocasionalmente esta política de privacidad puede ser actualizada. Si lo hacemos, actualizaremos la “fecha efectiva” presente al principio de esta página de política de privacidad. Si realizamos una actualización de esta política de privacidad que sea menos restrictiva en nuestro uso o que implique un tratamiento diferente de los datos previamente recolectados, te notificaremos previamente a la modificación y te pediremos de nuevo tu consentimiento en la página https://www.belenpicadopsicologia.com o contactando contigo utilizando la dirección de email que nos proporcionaste. Te animamos a que revises periódicamente esta política de privacidad con el fin de estar informado acerca del uso que damos a los datos recopilados. Si continúas utilizando esta página web entendemos que das tu consentimiento a esta política de privacidad y a cualquier actualización de la misma.

 

 
Nuestro sitio web utiliza cookies, principalmente de servicios de terceros. Defina sus preferencias de privacidad y / o acepte nuestro uso de cookies.