Miedo al compromiso

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja

Autosabotaje en el amor: Así boicoteas tu relación de pareja 1500 1000 BELÉN PICADO

Marta y Alfonso llevan un tiempo saliendo. Hay complicidad, conexión, tienen aficiones comunes y el sexo es divertido. Aunque no se habían planteado nada serio, cada vez pasan más tiempo juntos y él propone dar un paso más y ser pareja. Marta se muestra entusiasmada con la idea, pero de un día para otro deja de responder mensajes, su comportamiento se vuelve más frío y distante, busca excusas para no quedar o discute por las cosas más tontas. Alfonso, que no entiende nada, expresa su frustración y su enfado por estas muestras de desinterés y al poco tiempo la relación se rompe. La conducta de Marta es un ejemplo de autosabotaje en el amor, pero hay muchos otros: buscar a la relación defectos que no tiene, ser infiel, encadenar relaciones, etc.

Hay personas para quienes amar siempre va asociado a sufrir y esto les resulta tan inmanejable que acaban boicoteando sus propias relaciones con tal de alejar la posibilidad de experimentar dolor. ¿Cómo? Adoptando actitudes y comportamientos que torpedean la buena marcha de la relación. Esto puede hacerse de manera consciente o, como ocurre en la mayoría de los casos, inconscientemente. Y, a menudo, detrás hay una combinación de miedos, inseguridades y patrones aprendidos. La consecuencia inmediata es la frustración, la ansiedad y el desamor.

Qué es el autosabotaje en el amor

A nuestro cerebro no le gusta la incertidumbre. Por naturaleza, busca la seguridad y la familiaridad. Así que cuando nos adentramos en situaciones desconocidas como una relación nueva o se produce un cambio importante en un vínculo ya existente, pueden saltar alarmas internas que nos instan a regresar a lo que ya conocemos. Y ahí es donde entra en juego el autosabotaje, que no es otra cosa que un mecanismo de protección que pone en marcha el cerebro para evitar el dolor y la posibilidad de ser heridos.

El problema es que estas barreras autoimpuestas no solo nos protegen del sufrimiento. También:

  • Nos privan de las cosas positivas y de la plenitud que pueden venir de una conexión íntima y auténtica con otra persona.
  • Pueden conducirnos a una retahíla interminable de historias de amor frustradas y fallidas, reforzando nuestra creencia de que nuestras relaciones están destinadas al fracaso.
  • Nos llevan a perder la oportunidad de tener vínculos profundos y duraderos.

En el amor existe una dualidad constante entre el deseo ferviente de que la relación prospere y el temor a que no sea así. Y precisamente es este miedo al sufrimiento, al abandono o a la falta de reciprocidad el que puede llevarnos a este autosabotaje.

La investigadora y psicóloga Raquel Peel explica que, si bien la necesidad de pertenencia y de conectarse con los otros de un modo significativo e íntimo es algo inherente a nuestra naturaleza, si en este proceso experimentamos dolor es muy posible que el instinto de autoprotección tome las riendas y prevalezca sobre el deseo de conexión con los demás.

Al final, por mucho que estos comportamientos de autosabotaje duelan, en cierto modo también resultan gratificantes, pues nunca se abordará lo esencial que subyace a la relación y que tiene que ver con nuestros miedos y conflictos internos.

Autosabotaje en el amor

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10 señales de que estás boicoteando tu relación de pareja

Para poder acabar con el autosabotaje en las relaciones y cultivar vínculos más saludables y satisfactorios en el futuro, lo primero es aprender a reconocer las formas en que se presenta. Unas son obvias, pero otras son más difíciles de reconocer.

1. Siempre estás a la defensiva

Esta es una de las formas en las que, según Peel, alguien puede sabotear sus propias relaciones. La persona tiene tanto miedo a resultar lastimada que se protege antes de que ocurra cualquier conflicto o en cuanto se siente demasiado vulnerable. Esto es lo que le ocurre a Laura. Creció en un hogar donde siempre se sentía criticada por su familia y en el presente, cada vez que su pareja intenta darle un feedback constructivo, se siente atacada y automáticamente se pone a la defensiva, creando un ambiente enrarecido y hostil.

2. Tu desconfianza es permanente

Tu baja autoestima y el pobre concepto que tienes de ti mismo/a te llevan a dudar de que alguien pueda amarte tal como eres. Así que comienzas a preguntarte: «¿Qué querrá de mí en realidad?», «¿Estará jugando conmigo?», «¿Estará esperando a que me enamore perdidamente para luego dejarme y reírse a mi costa?». Y esa desconfianza va traduciéndose en una actitud vigilante, controladora y posesiva, creando tensión y distancia en la relación.

A Sara le preocupa que su novio pueda estar viendo a otra persona a sus espaldas y trata de controlarle en todos los aspectos de su vida, buscando un contacto constante. Le envía mensajes continuamente, se muestra celosa y le pide pruebas de que le está siendo fiel. Agobiado, él la deja y los peores temores de Sara se confirman: «Sabía que me iba a dejar». Es lo que se conoce en psicología como profecía autocumplida.

Esta desconfianza también puede estar generada por experiencias previas de traición o abandono en otras relaciones.

3. Buscas defectos a tu pareja y a la propia relación constantemente

Sofía se pasa el día buscando fallos a su novio Pablo, desde su elección de ropa hasta su forma de hablar. Quiere que tanto él como la relación sean perfectos, pero como la perfección no existe siempre encuentra algo que criticar. Al final él, ante la imposibilidad de complacerla, deja de intentarlo y la pareja se rompe. A través de este comportamiento, Sofía busca inconscientemente justificar sus propios miedos e inseguridades y sus dudas sobre la relación. Algo que acaba minando la confianza mutua y dificulta la construcción de una conexión sólida.

4. Provocas conflictos innecesarios

Marcos a menudo provoca peleas con su pareja Ana sobre cosas triviales, como quién debe lavar los platos o qué película ver. Si bien ella trata de resolver los problemas de manera constructiva, él parece estar más interesado en salirse con la suya que en resolver los conflictos de manera efectiva. En realidad, el comportamiento de Marcos es una forma inconsciente de mantener la distancia emocional y/o evitar el compromiso. Otra forma de sabotear la relación es irnos en medio de una discusión o amenazar constantemente con romper, ya que crea inestabilidad e inseguridad. Esta tendencia a crear conflictos innecesarios lleva a tensiones constantes que acaban debilitando el vínculo.

5. Comparas todo el tiempo tu relación actual con otras anteriores

A veces idealizas el pasado y otras buscas en el presente signos de problemas similares que tuviste con tus ex parejas. Lucía ha tenido varias relaciones que terminaron mal debido a la falta de comunicación y compromiso de sus parejas. Ahora, en su relación actual, cada vez que su novio cancela un plan o no responde un mensaje de inmediato, ella recuerda sus experiencias pasadas y no puede evitar dudar de la lealtad de su pareja y cuestionar si realmente están tienen el mismo grado de compromiso.

Toni, por su parte, tuvo una relación en el pasado que define como la mejor de su vida. Siempre habla de los buenos momentos que pasó con su ex y compara constantemente a su pareja actual con ella. Esto crea tensiones en su relación actual, ya que su novia se siente constantemente juzgada e inferior a la ex de Toni. Además, él tiene expectativas poco realistas sobre cómo debería ser su relación actual, lo que dificulta su capacidad para disfrutarla plenamente.

6. Pones distancia emocional con tu pareja

Ya sea de forma consciente o inconsciente, este alejamiento emocional puede producirse de diversas formas. Por ejemplo, es posible que unas veces evites el contacto físico y otras rehúyas conversaciones íntimas o te resistas a compartir tus pensamientos y sentimientos más profundos. Este es el caso de Raquel, que prefiere pasar tiempo sola o con amigos en lugar de disfrutar de momentos íntimos con Jorge, su pareja. Aunque él intenta acercarse y conectar emocionalmente, Ana se muestra incómoda al exponer su vulnerabilidad, lo que crea una importante brecha emocional en su relación.

Aquí también se incluye el hecho de mostrarnos inaccesibles emocionalmente. Cuando evitamos acercarnos a alguien que nos gusta por miedo a que nos haga daño, estamos imposibilitando que se establezca una posible relación. O cuando optamos por iniciar un «casi algo», pero sin implicarnos demasiado. «No soportaría otro fracaso», nos excusamos.

Autosabotaje en el amor

7. Eres infiel

En algunos casos, una persona que es infiel puede estar buscando inconscientemente sabotear la relación debido a sentimientos de culpa, miedo al compromiso, baja autoestima u otros problemas emocionales no resueltos. Daniel lleva varios años en una relación, siempre en medio de una lucha interna con su miedo al compromiso y la sensación de estar «atrapado». Sin embargo, en lugar de abordar estos problemas con su pareja, busca gratificación emocional fuera de la relación a través de encuentros breves y superficiales con otras personas. La infidelidad de Daniel es una forma de sabotear la relación y evitar enfrentar sus propios miedos y conflictos internos.

Laura, por su parte, ha experimentado períodos de baja autoestima a lo largo de su vida y, a menudo, se siente insegura en su relación actual. Pese a que su marido le brinda amor y apoyo, a ella le cuesta aceptar que es digna de ese amor y atención. Como resultado, busca validación externa a través de relaciones extramatrimoniales, lo que socava la confianza y la intimidad en su relación principal.

Al final, recurrir a la infidelidad como forma de escapar de las dificultades o de las insatisfacciones presentes en la relación, suele terminar causando aún más daño y conflicto.

8. Culpas a tu pareja cuando las cosas van mal

Si tiendes a buscar siempre culpables en otra parte cada vez que te enfrentas a dificultades, quizás ha llegado el momento de examinar más de cerca lo que ha ocurrido. Cuando no somos capaces de abordar nuestros propios problemas y conflictos internos ni asumimos la responsabilidad por nuestras acciones, es fácil acabar proyectando la culpa en nuestra pareja y atribuyéndole todos los problemas de la relación en un intento de protegernos a nosotros mismos.

Además, culparla a ella puede ser una forma de justificar nuestra propia insatisfacción o infelicidad en la relación. En lugar de reconocer y abordar nuestras propias necesidades no satisfechas, reprochamos al otro que no haya cumplido nuestras expectativas. Al final, este modo de ver las cosas, solo perpetúa la discordia y el resentimiento.

9. Siempre acabas saliendo con personas que no son adecuadas para ti

Esta es una forma muy común de autosabotaje en el amor. Ocurre cuando seguimos vinculándonos con un tipo de persona similar a otras con las que nuestras relaciones acabaron mal, cuando intentamos que las cosas funcionen con alguien que tiene objetivos muy diferentes para el futuro o cuando permanecemos en una relación pese a ver claramente que no va a ninguna parte. Por ejemplo, quieres casarte y formar una familia, pero eliges una pareja que no está emocionalmente disponible o a alguien que tiene claro que no quiere tener hijos.

Siguiendo y repitiendo estos patrones, solo conseguirás boicotear la posibilidad de encontrar a alguien más adecuado a largo plazo, quedarte en relaciones tóxicas y dañinas o seguir con parejas que no te valoran porque crees que no mereces más o por miedo a quedarte solo/a y no encontrar algo mejor.

10. Te pasas la vida saltando de una relación a otra

Cuando encadenamos relaciones sin tomarnos el tiempo necesario para sanar o rompemos con cada pareja ante el más mínimo problema, solo para comenzar a salir con otra de inmediato, lo que estamos haciendo en realidad es escapar de emociones difíciles que no sabemos cómo afrontar y evitando lidiar con problemas no resueltos de vínculos anteriores.

Jaime ha estado saltando de una relación a otra desde que era joven, sin tomarse un tiempo para estar solo y reflexionar sobre lo que realmente quiere en una pareja. A medida que avanza en su vida adulta, se da cuenta de que ha estado evitando la soledad y buscando constantemente la compañía de otra persona para sentirse completo. Sin embargo, esto solo le ha llevado a relaciones superficiales y poco satisfactorias que no le brindan la felicidad y la satisfacción que anhela.

Además del miedo a la soledad de Jaime, hay otras razones que pueden llevar a alguien a ir de una relación a otra, como buscar constantemente la validación externa o la felicidad en otra persona, en lugar de centrarse en el propio bienestar emocional.

«Fleabag» o cómo los traumas no resueltos se hacen oír a través del autosabotaje en el amor

«Fleabag» (Prime Video) es el título de una serie creada y protagonizada por Phoebe Waller-Bridge. El personaje principal es una mujer joven con varios traumas y conflictos internos que boicotea constantemente sus vínculos.

«Fleabag»

Estas son algunas formas en las que la protagonista de esta tragicomedia torpedea sus relaciones (Si no la habéis visto, a partir de aquí encontraréis algún spoiler):

  • Promiscuidad sexual. El personaje recurre al sexo casual como una forma de evitar implicarse emocionalmente y, de este modo, tener que afrontar sus problemas en este aspecto. A lo largo de la serie, tiene numerosas aventuras sexuales sin compromiso, buscando una gratificación momentánea, pero evitando una intimidad emocional real.
  • Evasión emocional. Tiende a evadir o minimizar sus propios sentimientos, especialmente cuando se trata de temas difíciles o dolorosos. En este intento de no confrontar sus emociones, a menudo recurre al sarcasmo para evitar el dolor emocional que experimenta.
  • Relaciones autodestructivas. A lo largo de la serie, va involucrándose continuamente en todo tipo de relaciones tóxicas. Desde el complicado vínculo con su hermana hasta la problemática relación con su padre y su madrastra o la elección de hombres no disponibles emocionalmente, la protagonista acaba atrayendo siempre relaciones que reflejan sus propios conflictos internos no resueltos.
  • Falta de autoestima. Su aparente seguridad en sí misma oculta una profunda falta de autoestima y de autoaceptación. Se critica a sí misma con frecuencia y tiene dificultades para creer que es digna de amor y felicidad en una relación.
Referencias bibliográficas

Peel, R. & Caltabiano, N. (2021). The relationship sabotage scale: an evaluation of factor analyses and constructive validity. BMC psychology, 9(1), 146

Branden, N. (1994). Los seis pilares de la autoestima. Barcelona: Paidós.

Detrás del miedo al compromiso, a menudo hay un estilo de apego inseguro evitativo.

Qué se esconde detrás del miedo al compromiso (y cómo superarlo)

Qué se esconde detrás del miedo al compromiso (y cómo superarlo) 1500 984 BELÉN PICADO

«Dejemos que fluya»«Eres un chico genial, solo que no quiero estar atada a nadie por ahora», «Estoy empezando a tener dudas, así que esto no debe de ser amor verdadero»… Frases como estas son muy habituales en personas con miedo al compromiso, poco disponibles emocionalmente y especialistas en esquivar cualquier tipo de conexión profunda que asome en el horizonte. Pero si no nos quedamos en la superficie y profundizamos un poco más veremos que detrás de esa armadura invisible, a menudo suele haber mucho más: miedo al abandono y al rechazo, baja autoestima, experiencias traumáticas previas, etc.

Hay personas a quienes la idea de mantener una relación de forma prolongada en el tiempo les genera tal nivel de ansiedad que se sienten incapaces de quedarse ahí durante mucho tiempo. Y si, además, se sienten presionadas por su pareja a dar un paso adelante, lo más seguro es que rompan precipitadamente. Sin embargo, y pese al alivio inmediato que suelen experimentar, también es muy posible que luego, a medio y largo plazo, se arrepientan.

Muchas veces no se trata de que no quieran a su pareja o no deseen establecer un vínculo (aunque ellos mismos lleguen a pensarlo). Lo que pasa es que confunden esa angustia que les provoca el compromiso y esa necesidad de poner tierra de por medio con la falta de amor. A esta confusión contribuye el hecho de que, como romper la relación alivia el malestar, se convierte en una estrategia que se refuerza cada vez que se recurre a ella, convirtiéndose a la vez en un patrón que se repetirá en futuras relaciones.

Por otra parte, es importante aclarar que tener miedo al compromiso no es lo mismo que elegir, libre y conscientemente, no involucrarse en una relación a largo plazo.

Qué se esconde detrás del miedo al compromiso y cómo superarlo

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¿Cómo sé si alguien (o yo mismo/a) tiene miedo al compromiso?

A continuación, os enumero algunas de las características que puede presentar alguien con miedo al compromiso:

  • Muestra incomodidad cuando surge una conversación que, mínimamente, le suene a dar un paso más en la relación.
  • No le gusta «poner etiquetas» a la relación y se siente como pez en el agua en situaciones ambiguas o poco definidas.
  • Valora su libertad por encima de cualquier otra cosa y en términos absolutos. Siente que si profundiza en la relación perderá su libertad y su autonomía («Si tengo pareja, no podré salir con mis amigos»). Y en vez de pensar en qué le aporta la pareja, se enfoca solo en lo que está perdiendo por estar con ella.
  • Se define como alguien «muy independiente«.
  • Encuentra mil y una formas de sabotear la relación, consciente o inconscientemente. Con la creencia «Esto no va a funcionar» de base, recurre a comportamientos como ser demasiado demandante con su pareja, pasarse el día buscándole defectos, aprovechar cualquier excusa para enfadarse sin que haya un motivo justificado… Incluso, es posible que estas personas lleguen a ser infieles en un intento de demostrarse que no está hechas para una relación o como una forma de forzar a la pareja a romper cuando ellas no se atreven a tomar la decisión. Lo que hacen con estas conductas no es otra cosa que buscar la manera de que esa creencia se haga realidad. Es lo que se conoce en psicología como profecía auto-cumplida.
  • Se le hace cuesta arriba todo lo que tenga que ver con identificar, expresar y regular sus propias emociones, especialmente la angustia, la frustración, el miedo, la ansiedad… Y, precisamente, el hecho de que le resulte difícil compartir sus sentimientos más profundaos hace que no se sienta cómodo o cómoda en situaciones de intimidad.
  • Cuando está en una relación examina continuamente sus sentimientos. Y, por lo general, siempre tiende a deducir que no siente lo que debería sentir o no con la suficiente intensidad. Esto, por un lado, le genera angustia. Y, por otro, el mero hecho de dudar si está enamorado le acaba conduciendo a una espiral de pensamientos rumiativos que solo aumentan más su malestar.
  • Este constante cuestionamiento de sus emociones se extiende también a la pareja y a la relación: «¿Cumple esta persona mis expectativas?», «¿Merece la pena seguir adelante?», «Si discutimos o tenemos distintos puntos de vista sobre ciertos temas, quizás no deberíamos estar juntos», etc.
  • Ante la imposibilidad de gestionar sus propios sentimientos, algunas personas responsabilizan a su pareja de sus dudas o de eso que sienten y no saben regular. También puede ocurrir lo contrario y que se responsabilicen de las emociones de su pareja. De este modo, al sentirse culpables por el sufrimiento que creen estar generando, eligen la ruptura ante la imposibilidad de sostener su propio malestar.
  • En ocasiones el miedo que tiene a perder su independencia puede fluctuar y convivir con otras emociones. Me alejo porque temo perder mi autonomía, pero a la vez esa distancia despierta mi necesidad de vincularme y vuelvo a acercarme. Hasta que esta proximidad resulta demasiado peligrosa y, entonces, me muestro indiferente e impermeable a las necesidades de la persona que está conmigo, para luego pasar por la vergüenza, la tristeza, etc. Todo este vaivén emocional provoca el lógico desconcierto y desconfianza de su pareja.
  • Alberga ideas muy rígidas acerca de cómo tiene que ser el amor y los vínculos de pareja. Por ejemplo, «si alguien siente malestar dentro de una relación o tiene dudas, no es amor verdadero».
  • No es extraño que detrás de un supuesto «rechazo» de cualquier tipo de compromiso se oculte una baja autoestima y una visión negativa de sí mismo y de su propia capacidad para mantener una relación.
  • Algunas personas reacias al compromiso optan por encerrarse en sí mismas y no buscar nuevas relaciones.
  • Otras siempre van tras amores imposibles, bien porque buscan una pareja perfecta que no existe o bien porque se fijan en personas no disponibles emocionalmente. En realidad, se trata de un autosabotaje en toda regla. ya que, inconscientemente, eluden mantener una relación real y, de paso, colocan el problema fuera.
  • También están quienes son auténticos maestros y maestras de la seducción y solo se sienten cómodos en la etapa de enamoramiento. Esto los lleva a encadenar aventuras o a saltar de una relación a otra (o a solaparlas) como una forma de buscar continuamente esa sensación… para luego huir en cuanto percibe que «la cosa empieza a ponerse seria».
Algunas personas con miedo al compromiso se autosabotean buscando relaciones perfectas que no existen.

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¿Por qué nos cuesta tanto implicarnos en relaciones estables?

Las causas de esta aversión a estrechar vínculos son varias, entre ellas:

  • Heridas de la infancia. En un gran número de casos el origen del miedo al compromiso se remonta a la infancia. Pudo ocurrir que el niño desarrollase un estilo de apego inseguro evitativo o distanciante al vivir de forma continuada experiencias que para él resultaban amenazadoras y en las que se sintió solo, rechazado y/o desprotegido. Las figuras de apego, consciente o inconscientemente, no cubrieron sus necesidades de consuelo y apoyo. Y con el tiempo el niño se convierte en un adulto distante con miedo a experimentar ciertas emociones que le conecten con lo que él vivió como rechazo y abandono. Así que, a nivel relacional, es bastante probable que encuentre dificultades para comprometerse y mantener un vínculo a largo plazo.
  • Miedo a perderse uno mismo. Para algunas personas conectar con el otro e iniciar una relación implica que más pronto que tarde acabarán dependiendo de ese vínculo. Hasta el punto de perder su esencia, su identidad. Este miedo es mayor cuanto más independiente o autónoma se considera la persona.
  • Haber sufrido rupturas traumáticas previas. No siempre quien desarrolla aversión al compromiso tiene un estilo de apego inseguro evitativo. Pueden ser personas con un estilo de apego seguro que, tras una o varias rupturas sentimentales muy dolorosas y traumáticas, desarrollan una mayor resistencia a entablar un vínculo estable. No hay miedo a perder algo, sino que se trata de un mecanismo de defensa con el que se busca no volver a pasar por lo mismo. Tengo tanto miedo a que la relación no funcione, a que me engañen, a volver a pasar por el sufrimiento de un fracaso amoroso… que evito comprometerme y entregarme del todo.
  • Miedo a perder otras oportunidades. Hay una gran dificultad a la hora de elegir quedarse en una relación por temor a estar perdiéndose algo mejor. Esto es habitual, por ejemplo, en las aplicaciones de citas. Debido a la sensación ilusoria de tener mucho donde elegir, numerosos usuarios no son capaces de establecer un compromiso o no dudan en poner fin a cualquier relación incipiente, espoleados por el temor a equivocarse habiendo tanto donde escoger.
  • Desconfianza en la propia capacidad para cuidar de otra persona. En ocasiones, el miedo al compromiso va unido a la creencia de no disponer de la empatía, el tiempo o las habilidades necesarias para poder hacerse cargo de la pareja en caso de que fuera necesario. El vértigo abrumador que produce imaginarse ante una responsabilidad que en su imaginación aparece como demasiado pesada lleva a estas personas a huir de cualquier vínculo mínimamente estable. Esta falta de confianza se ve intensificada por el temor a no cumplir las expectativas del otro. Y también por el miedo a que su pareja acabe dependiendo emocionalmente de ellos.
  • Miedo al rechazo y al abandono. En muchas ocasiones, a lo que se tiene miedo es al rechazo y al abandono. Cuando esta es la causa, y aunque parezca una triste ironía, es muy probable que, en realidad, la persona anhele desesperadamente la intimidad y la seguridad que ofrece una relación estable. Sin embargo, lo que hace es huir. Por un lado, por ese temor a ser rechazado. Por otro, por el miedo a que las consecuencias de una hipotética ruptura o abandono sean peores cuanto más tiempo y esfuerzo invierta en la pareja.
  • Poca tolerancia a la incertidumbre. El miedo a no poder controlar todos los factores de una relación y la inseguridad que genera el no saber qué va a pasar en el futuro puede llegar a bloquear a alguien que no se maneje bien en la incertidumbre y llevarle a encontrar en la ruptura la única vía de escape.

Qué puedo hacer

  • No salgas corriendo. El único modo de afrontar el miedo al compromiso es resistir el impulso de huir y quedarse en la relación. Antes de darte a la fuga, para y reflexiona sobre tus temores, tus preocupaciones y tus dudas. Identifica cuál es el origen y si están asociados realmente a tu pareja o si su origen está en tu miedo a apostar por la relación, en la necesidad de deshacerte del malestar que estás sintiendo o en el hecho de haber vivido otras experiencias traumáticas con parejas anteriores.
  • La comunicación es esencial. Tu pareja no es adivina ni puede leerte el pensamiento. Si no te sientes bien en la relación o tienes dudas, compártelo con ella. Y si necesitas tiempo para reflexionar házselo saber. Expresar cómo te sientes y compartir tus temores facilitará mucho las cosas.
  • Escribe y reflexiona. Este ejercicio puede ayudarte a tomar perspectiva. Coge un papel y haz tres columnas. En la primera escribe las cosas que temes que sucederán si te quedas en la relación. En la segunda, anota cuáles de esos miedos se han cumplido. Y en la tercera apunta qué cosas buenas y positivas te aporta tu relación.
  • Apostar por una relación no implica necesariamente que pases el resto de tu vida al lado de esa persona. Significa que el tiempo que estés con ella (sea el que sea) aprendas a confiar y puedas expresar y compartir tus sentimientos. Y si en algún momento optas por romper, que sea por una elección personal y voluntaria y no por miedo. Evidentemente, detrás de la palabra compromiso hay una intención de que el vínculo se mantenga en el tiempo. Sin embargo, siempre tendremos la libertad de decidir si seguir con esa persona o no.
Perder el miedo al compromiso pasa por aceptar que no hay relaciones perfectas.

Foto de Alexander McFeron en Unsplash

  • Practica la interdependencia. Recuerda que para que una relación sea sana debe satisfacer las necesidades de libertad, autonomía e independencia de cada miembro de la pareja. El compromiso no implica perder tu espacio personal ni tampoco la renuncia de la otra persona al suyo. Se trata de teneros en cuenta mutuamente y adaptar vuestros tiempos de modo que haya espacio para actividades individuales y en pareja.
  • Céntrate en el presente. Si estás planteándote todas las opciones que te perderás si decides apostar por una relación, recuerda que el ahora es todo lo que tienes. Esta es la auténtica realidad. Lo demás son solo expectativas.
  • Aprende a identificar el origen de tus preocupaciones. Empezar a vincular las emociones a los pensamientos y a las creencias que las generan y no a las situaciones es muy importante. Es diferente darme cuenta de que «me siento angustiada porque temo que o pienso que…» que dar por hecho que me siento angustiada a causa de la relación.
  • Deja de poner tu relación bajo el microscopio y amplía el foco. Si te pasas la vida buscando pruebas de que lo vuestro no funcionará es lógico que encuentres, no una, sino muchas pruebas. Todas las relaciones tienen pros y contras, pero si te acostumbras a poner el foco solo en los inconvenientes acabarás distorsionando tu mirada. Y llegará un momento en que no seas capaz de ver nada positivo en crear un vínculo a medio y largo plazo.
  • Olvídate del mito de la media naranja. Ninguna relación es perfecta ni vas a encajar al cien por cien con otra persona por mucho que busques tu pareja ideal. Los conflictos no solo son inevitables, sino que son necesarios para conocernos mejor. En las relaciones reales hay dificultades y también negociaciones; hay épocas más apasionadas y etapas más tranquilas… Si creo que en algún lugar del mundo hay una persona que encaje perfectamente conmigo y con quien viviré un cuento de hadas, lo único que alcanzaré será una eterna sensación de insatisfacción y amargura.
  • Pide ayuda profesional. En terapia aprenderás a identificar y a manejar esos miedos que están interfiriendo en tus relaciones. También a encontrar el equilibrio entre la vinculación con tu pareja y tu necesidad de espacio.
    (Si lo deseas, puedes ponerte en contacto conmigo y estaré encantada de ayudarte)

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